En las reuniones preparativas para 5to Congreso de la CLOC, que tendrá lugar en Ecuador en Octubre del 2010, conversamos con Diego Montón, miembro de la Secretaría Operativa del Movimiento Nacional Campesino Indígena, que nos brindó su perspectiva sobre la situación del agro en Argentina y sobre las políticas agrarias del Gobierno de Cristina de Kischner.
 
Según él, “no ha cambiado el rumbo de lo que viene siendo la historia agropecuaria en la Argentina. Se viene consolidando el agro negocio y avanzando, tal es así, que el 98% de los recursos de lo que era antes la Secretaria de Agricultura van a fortalecer al agro negocio. Continua un proceso de concentración de la tierra, y una fuerte instalación de monocultivos a base de semillas transgénicas, con el objetivo de exportar, que es una trampa porque generan un excedente a nivel de impuestos con los cuales los Estado tiene muchos recursos para manejarse, para su política asistencial, entonces les cuesta desprenderse de esa política.
Sí, tenemos que reconocer un paso importante que intentó dar este gobierno, que fue aumentar las retenciones a la producción de soja, lo que nos pareció que iba a ponerle un freno al modelo sojero, y eso representó una gran reacción del complejo sojero, del grupo mediático y de toda la derecha que se opuso a esas retenciones. Y luego otra política que vimos acertada, fue la creación de la Subsecretaria de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, una cosa inédita en la historia, pero que en la actualidad está, pero desfinanciada, así que nuestra lucha concreta es que esa Subsecretaria reciba los recursos necesarios y que realmente haya una participación de las organizaciones campesinas en la diagramación de la política agraria y en la ejecución de los recursos”. 
 
Los graves impactos de la Agro Industria
 
Le preguntamos sobre su opinión del modelo del agronegocio impuesto en Argentina, y de cómo este afecta a los campesinos de su país, a lo cual Montón respondió, “o el agro negocio o la cultura campesina, no hay la posibilidad de coexistir, por la ambición que maneja el agro negocio, que transforma todo en mercancía, y evaluando la rentabilidad permanentemente intenta crecer, y eso significa avanzar sobre los territorios donde están las comunidades indígenas, campesinas, generando situación violentas, ilegales con complicidad de jueces o policías, incluso algunos funcionarios. Vemos permanentemente grupos paramilitares y policías, con el objetivo de despojar las tierras y en algunas regiones el agua, para virar el modelo campesino basado en la producción, que tiene una gran diversidad, que apunta al mercado local y en la cual la principal mano de obra son las familias campesinas”. 
 
El modelo agroempresarial, basado en modos de producción masiva, trata de avanzar sobre los territorios, desplazar a la gente y desarrollar su agricultura que tiene que ver con producir “commoditties”para exportar con una alta carga de agrotóxicos y una tecnología que hace que sea muy poca la mano de obra que genera y con una gran explotación. En la pampa húmeda argentina, en cada 500 hctas de soya transgénica se utiliza un obrero, mientras que en esa zona, 500 hctas pueden albergar a 100 familias campesinas con un modelo agrícola que apunte a abastecer de alimentos a los mercados locales. Nosotros creemos que esta hoy alrededor de 25% la producción de alimentos del mercado interno que tiene que ver con la agricultura campesina, y eso nos ha llevado a una situación de alta dependencia de las multinacionales que producen alimentos dentro del territorio, no se importa, pero la cadena que recorren los alimentos, lo hacen dentro de la estructura de las multinacionales, sea a la hora de producirlos, de transportarlos o de comercializarlos, por lo tanto se han elevado los precios y a su vez ya no son productos saludables, sino contaminados, de origen transgénico y con la carga de agro tóxicos.
 
Para finalizar, nos inquietaba, al ser el Movimiento, un Movimiento Nacional Campesino Indígena, cuál era la visión de lo indígena en Argentina, considerada más como un país de blancos.Montón nos aclaró que ese es un mito que las elites han ido creando, “hoy hay un estudio que dice que el 60% de la población Argentina tiene genes que vienen de los pueblos originarios. Lo que pasa es que siempre ha habido dos argentinas, la Argentina que se muestra, que es la de blancos, que siempre quiso ser como Europa, y la Argentina profunda y subterránea… que no se muestra pero que está. Y nosotros ahí tenemos una discusión con algunas organizaciones indígenas que reducen lo indígena a algunas comunidades rurales reconocidas por el Estado. Nosotros decimos que lo indígena esta atravesando todos los sectores de la Argentina, incluso las ciudades, en los barrios marginales. Tenemos muchos estudios en los cuales se ve que en un barrio de una ciudad, se mantienen muchas cuestiones culturales que tienen su origen en culturas ancestrales. De ahí tenemos mucha tela para cortar, creemos que hay que ir rompiendo con todas esas estigmatizaciones que se han hecho de que no hay indígenas, mas allá de que hay que reconocer de que la Campaña del Desierto que se hizo en 1860 con mucho apoyo, fue un verdadero genocidio que todavía no ha sido reconocido, barrió con varias comunidades indígenas que ocupaban las tierras mas fértiles.