ONIC: en el Día Internacional de las Mujeres

2012-03-08 00:00:00

“Con el corazón en los territorios, con la presencia de nuestras ancestras, con el dolor de la Madre Tierra y con la valentía de cada una de las mujeres que construyen vida…”,
II Asamblea Nacional de Mujeres Indígenas “Orfa Mary Bubú”
 
Con motivo de la celebración de esta fecha tan importante hoy la ONIC en cabeza de la Consejería de Mujer Familia y Generación realizó un conversatorio y una conferencia de prensa en la que socializó los aportes de la mujer indígena como dadora de vida y promotora cultura ancestral, a su vez denunció las constantes violaciones a sus derechos al interior de las comunidades… (*)
 
A continuación mensaje de las Mujeres
 
AUTORIDAD NACIONAL DE GOBIERNO INDÍGENA-ONIC
8 de marzo
 
Día Internacional de las Mujeres
 
La Consejería de Mujer, Familia y Generación de la Autoridad Nacional de Gobierno Indígena, ONIC en el Día Internacional de las Mujeres saludamos a todas aquellas compañeras que resisten en sus territorios en medio de la guerra, las desigualdades sociales y las muchas otras formas de violencia.
 
En Colombia habitamos un millón trescientos setenta y ocho mil ochocientos ochenta y cuatro (1.378.884) indígenas, pertenecientes a 102 pueblos, de las cuales el 49,6% de la población indígena somos mujeres. En nuestros pueblos las mujeres  preservamos nuestros idiomas y nuestra cultura. Somos sabias y resistentes, cuidadoras de la Madre Tierra y defensoras de la vida.
 
Las cifras sobre violencia contra los Pueblos Indígenas son escalofriantes. Según sentencia de la Corte Constitucional colombiana de 2009, los pueblos indígenas están siendo exterminados de manera silenciosa,  durante el primer semestre del 2011, 51 personas indígenas fueron asesinadas.
 
En el mismo período once (11) mujeres indígenas fueron asesinadas, y se tuvo conocimiento de varios casos de violencia sexual en el que las víctimas en su mayoría fueron niñas indígenas.  Este tipo de violencia se comete con el fin de intimidar, controlar, fraccionar, “castigar” a los pueblos y comunidades, y a las y los líderes de las organizaciones indígenas, y hace parte de la estrategia de control militar sobre el territorio.
 
El 2011 empezó  y terminó con este tipo de hechos: en el mes de enero la víctima fue una niña indígena de 13 años del pueblo Sikuani, en la denuncia se señala que la menor salió de la casa y la última vez que la vieron estaba con unos militares, quienes la raptaron y la violaron; en diciembre del mismo año, la tristeza alcanzó a tres mujeres del  pueblo Awá, una de ellas de apenas doce (12) años de edad, por estos hechos de violencia sexual cinco (5) personas fueron capturadas, al parecer miembros de grupos paramilitares que hacen presencia en la zona.
 
A la gravedad de estos hechos se suma un alto nivel de impunidad. La ONIC no tiene conocimiento de la existencia de condenas por violaciones sexuales u otro tipo de violencia  contra mujeres indígenas. Peor aún, el sistema de justicia en los lugares en los que habitamos los pueblos indígenas es pobre y precario, y sus funcionarios desconocen los derechos de los pueblos indígenas y los derechos de las mujeres. Generalmente no se cuenta con traductores en los procesos judiciales, y no existen protocolos de atención específicos para las mujeres indígenas, muchas veces nuestros casos se ventilan de manera colectiva olvidando normas básicas que protegen el derecho a la  intimidad de las víctimas de violencia sexual.
 
Los asesinatos no son la única forma de acabar con nuestras vidas y con nuestros pueblos. De manera reiterada y sistemática somos víctimas de violaciones sexuales, reclutamiento forzado y desplazamientos forzados. Hechos que  generalmente, no se denuncian o no se visibilizan en los registros oficiales, en los cuales no se toman en cuenta las afectaciones especiales que estas situaciones tienen en las mujeres indígenas. También somos víctimas permanentes del saqueo y explotación de nuestros territorios de manera inconsulta.
 
Frente a esta realidad, invitamos a reconocer, denunciar y repudiar la realidad de despojo, violencia, maltrato y discriminación que hoy amenaza la pervivencia de nuestros pueblos y en especial de las mujeres, jóvenes, niñas y niños indígenas, a solidarizarse física y espiritualmente con la lucha de las mujeres indígenas y a tejer nuevas propuestas de país, de organización y de sociedad en la que las diferencias sean reconocidas y respetadas, y en el que todos y todas podamos vivir en condiciones dignas y equitativas.
 
Hermanas y hermanos de todos los pueblos, que este día nuestras voces sean un canto por la vida digna. Que ésta sea una oportunidad para seguir construyendo apuestas colectivas por un mundo sin violencias contra las mujeres.
 
*Espere memoria de este Acto de la Palabra Dulce.
 
Territorio Muisca, Bakatá D.C. , 7 de marzo de 2012