Campaña Global por la Reforma Agraria "Pan, Tierra y Libertad"

Declaración de Cochabamba - Seminario Internacional "Reforma Agraria y Género"

2003-06-11 00:00:00

Somos 62 delegadas y delegados de movimientos campesinos,
indígenas y de derechos humanos de 24 países del mundo. Nos
hemos reunido en Cochabamba, Bolivia, del 4 al 8 de junio de
2003 en el marco de la "Campaña Global por la Reforma Agraria"
que impulsa La Via Campesina y sus organizaciones miembro como
la CLOC, junto con FIAN Internacional. El objetivo del
seminario era intercambiar nuestras experiencias de lucha por
la tierra y por la equidad de género, así como elaborar
acuerdos y estrategias comunes de lucha por nuestros derechos.

Constatamos que los procesos de reforma agraria del pasado
fueron discriminatorios contra las mujeres, ya que en la
mayoría de los casos no fueron beneficiarias directas.
Campesinas e indígenas fuimos excluídas mediante diversos
mecanismos legales, institucionales, culturales y
estructurales.

A pesar de estos procesos de exclusión, destacamos el gran
avance y fortalecimiento de nuestras organizaciones propias de
mujeres como en las organizaciones mixtas. Los procesos de
auto-organización y auto-empoderamiento de mujeres que estamos
construyendo son la nueva fuente que alentará nuestra lucha
por la reforma agraria.

Denunciamos que en las últimas décadas las políticas
neoliberales y de reformas estructurales en el ámbito rural
implicaron violaciones a todos los derechos humanos de la
población campesina e indígena. Entre las medidas más lesivas
destacamos el fin de la redistribución de la tierra, la
promoción de la titulación individual y la reducción de la
tierra a una simple mercancía: las familias campesinas e
indígenas estamos siendo despojadas de nuestros medios
tradicionales de vida.

Estas políticas, llevadas adelante por el Banco Mundial BM, el
Fondo Monetario Internacional FMI, la Organización Mundial del
Comercio OMC, con la obediencia de los gobiernos, han
beneficiado principalmente a los grandes inversionistas agro-
industriales y a los intereses de las transnacionales.
Condenamos el sistema económico neoliberal que profundiza las
desigualdades sociales y de género. Las campesinas, los
campesinos y los pueblos indígenas nos hemos opuesto
firmemente a este modelo y la reacción de nuestros gobiernos
ha sido perseguirnos, reprimirnos, criminalizarnos,
encarcelarnos y asesinarnos. Denunciamos la persecución,
intimidación y asesinato de campesinos, campesinas e indígenas
en Bolivia, Colombia, Guatemala, Indonesia, Suráfrica, y otros
países.

Durante los últimos años los movimientos de mujeres
conquistaron en algunos países un avance formal de equidad de
género en las políticas de acceso a la tierra que se plasmó en
procesos de reformas constitucionales y legales. Sin embargo,
las políticas neoliberales que desataron procesos de
reconcentración de tierras y recursos en pocas manos
pulverizaron este logro. Observamos que en muchos casos los
avances formales de equidad de género tienden a beneficiar a
mujeres de clase media; de ahí la importancia de comprender
cómo raza, clase, etnia y género se combinan para impedir la
realización de los derechos de nosotras, las mujeres pobres,
indígenas, campesinas y negras.

Denunciamos la complicidad y parcialidad de los sistemas
judiciales que sólo operan en favor de los poderosos. Los
conflictos agrarios son tratados como si fuesen materia penal,
cuando son problemas de justicia social y de derechos humanos.

Nos comprometemos a lograr la equidad de género en la toma de
decisiones de nuestras organizaciones, comunidades y familias,
y a alcanzar el 50% de representación de mujeres en todas
nuestras organizaciones y eventos. Asumimos que la lucha por
la igualdad de género tiene que acompañar la lucha de clases,
pero no puede esperar su éxito para desarrollarse. Tiene que
ser una lucha integrada. Trabajaremos para cambiar las normas
de usos y costumbres de nuestras comunidades y organizaciones
que discriminan en contra de las mujeres. Desarrollaremos
mecanismos dentro de nuestras organizaciones que permitan
denunciar violaciones a los derechos de las mujeres campesinas
e indígenas tanto a nivel nacional como internacional.

Fortaleceremos la organización, la autonomía, la unidad y la
solidaridad de las organizaciones campesinas e indígenas como
formas de lucha propia y permanente de nuestros pueblos.
Asumimos que las organizaciones de mujeres campesinas e
indígenas son las abanderadas de nuestra resistencia.

Nos comprometemos a continuar realizando investigaciones de
género en el ámbito rural en colaboración con investigadoras
comprometidas con nuestra lucha para difundir estos
conocimientos, intercambiar experiencias y enriquecer la
reflexión de nuestras organizaciones. Desarrollaremos
mecanismos de capacitación de nuestras bases. Necesitamos
cambiar la mente y los corazones de las generaciones presentes
y futuras.

Fortaleceremos la lucha por la tierra y el territorio, por el
agua, por las semillas como una lucha por la vida de nuestro
planeta. El derecho humano a alimentarse y a la tierra es un
derecho consagrado a cada mujer y hombre. Para garantizar el
acceso y el control de la mujer a la tierra lucharemos por la
co-propiedad de la tierra o la garantía individual al hombre y
a la mujer, ya sea dentro de formas de tenencia
colectivas/comunitarias o individuales. La garantía efectiva
del acceso de la mujer a la tierra tiene que abordar los
mecanismos de exclusión legales, institucionales, culturales y
estructurales.

Intensificaremos nuestras luchas a nivel continental y
mundial. Fortaleceremos la solidaridad internacional y
nuestras articulaciones ya existentes por la lucha de género y
por la tierra. Ampliaremos nuestras campañas por la Reforma
Agraria, por las Semillas, por la Soberanía Alimentaria y por
la Agricultura Campesina Sostenible. Apoyamos y apoyaremos a
los gobiernos que están haciendo políticas efectivas de
reforma agraria.

Lucharemos por la realización de los Pactos Internacionales de
Derechos Humanos y el Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo. Impulsaremos la realización de una
Convención Internacional por los Derechos de Campesinos y
Campesinas en el marco de la Carta de Naciones Unidas.

Exigimos la efectiva realización de reformas agrarias que
garanticen el derecho humano a alimentarse dando acceso y
control sobre la tierra, el territorio, las semillas, los
recursos naturales renovables y no renovables y la
biodiversidad a campesinas, campesinos y pueblos indígenas.
Exigimos la implementación de un modelo de agricultura
familiar protegido por formas de organización
comunitaria/colectiva que den más seguridad y control sobre la
tierra. La tierra debe ser para quien la trabaja.

Exigimos la soberanía alimentaria y el fortalecimiento de la
economía campesina de manera que las comunidades puedan vivir
de su trabajo. Las tradiciones, el desarrollo cultural y
espiritual, y las decisiones de los grupos deben ser
respetados.

Exigimos el cese de políticas agrarias discriminatorias contra
las mujeres. Exigimos reformas legales e institucionales que
incluyan a las mujeres con igualdad de oportunidades para
garantizar la efectiva realización de sus derechos políticos,
económicos, sociales y culturales.

Exigimos a los gobiernos nacionales que rechacen las políticas
del BM, el FMI y la OMC porque son violatorias de los derechos
fundamentales de las ciudadanas y los ciudadanos. Llamamos a
nuestras organizaciones y a otros movimientos sociales a
intensificar la resistencia y la movilización popular.

Exigimos el cese de la criminalización estatal contra las
demandas y la protesta social, y la inmediata liberación de
las presas y los presos políticos en todo el mundo. Exigimos
la independencia y la imparcialidad de los sistemas judiciales
para que cumplan con la observancia de los derechos humanos
como piedra fundamental de nuestras sociedades.

Pan, Tierra y Libertad
Globalicemos la lucha! Globalicemos la esperanza!