El Grito de Riobamba

2000-08-08 00:00:00

Desde estas alturas luminosas del Chimborazo, donde nos hemos reunido en el 10º aniversario de la muerte y resurrección de
Leonidas Proaño, buen pastor que fue de Riobamba, queremos asociarnos al "Grito de los Excluidos", y a las esperanzas de los
Pueblos de nuestro Continente.

Nos convoca ecuménicamente el Dios del Éxodo y de la Pascua, que siempre escucha el clamor de su pueblo en los procesos de
Liberación y Vida. Y nos acoge, con fraterna generosidad, la iglesia de Riobamba, con su pastor a la cabeza, Monseñor Víctor
Corral.

Con la memoria del Patriarca de Riobamba celebramos también el 30º aniversario de Medellín, el 25ºaniversario del Consejo
Latinoamericano de Iglesias-CLAI y el 50º aniversario del Consejo Mundial de Iglesias-CMI. Y con todas las Iglesias del mundo
nos preparamos para celebrar el Jubileo de la venida de Jesucristo.

Durante estos días de aniversario hemos visitado las comunidades y participado de varios encuentros de indígenas,
afroamericanos, agentes pastorales y CEBs, constatando en todos estos contactos la vitalidad de esta Iglesia tan proféticamente
cultivada por sus pastores y tan protagonizada por el pueblo de los pobres.

En esta hora jubilar, pues, queremos hacer nuestras las grandes causas que forjaron el alma y la acción de Monseñor Proaño:

- la OPCION POR LOS POBRES, nunca como hoy de comprometedora actualidad, porque ellos configuran -excluidos por el
sistema neoliberal- más del 70% de Nuestra América;

- las luchas y la aportación alternativa de los PUEBLOS INDIGENAS (y también de los PUEBLOS AFROAMERICANOS), sobre
todo en la defensa de la tierra y en la vivencia de la propia identidad cultural y autonomía social;

- la COMUNIDAD, como expresión de la "comunión y participación" fraternas en la iglesia y en la sociedad.

- y la SOLIDARIDAD entre los Pueblos y la Iglesias de nuestra Patria Grande y con las Iglesias y Pueblos de otros Continentes,
sobre todo del tercer mundo.

1. A partir de la opción por los pobres:

* Denunciaremos incansablemente la iniquidad del neoliberalismo como mercado total, sistema de exclusión, idolatría del lucro y
ecocidio incontrolado; así como el creciente armamentismo y el militarismo y paramilitarismo represores.

* Conjuntamente con las voces que ya surgen en varias partes del mundo, denunciaremos esa nueva embestida perversa del
anunciado Acuerdo Multilateral de Inversiones, AMI.

* Lucharemos permanentemente por la abolición de la Deuda Externa y por el pago de las Deudas Sociales, acumuladas contra la
vida y la dignidad de nuestros pueblos.

* Reivindicaremos la reforma de las instituciones internacionales (ONU, FMI, BM, G-8) que privilegian a los países acumuladores
y explotadores; y reivindicaremos también la reforma de las instituciones políticas, judiciales y sociales de nuestros estados.

* Apoyaremos con solidaridad efectiva los procesos de liberación y de paz y contra la impunidad y la violencia institucionalizada
que se gestan en nuestro Continente, particularmente en Guatemala, México, Colombia y Haití.

* Estimularemos la participación corresponsable del Pueblo en la política y en las varias manifestaciones del movimiento popular
y de la ciudadanía.

2. Pasaremos del ecumenismo de intenciones, discursos y gestos aislados al reconocimiento mutuo de las Iglesias, depositarias
complementariamente de la verdad y santidad del único misterio de Cristo:

- intentando superar ambiciones históricas y hasta disquisiciones doctrinales que no siempre tienen que ver con el Evangelio,

- sirviendo proféticamente en la diaconía de la "justicia, la paz y la integridad de la creación",

- dialogando también, macroecuménicamente, con todas las religiones, más específicamente con las religiones indígenas y
afroamericanas, a partir de la fe de un solo Dios y una sola familia humana, dentro de un espíritu de acogida y de conversión,
autocrítico y crítico;

- ayudando a superar las actitudes de centralización y autoritarismo de la Iglesia católica, y de atomización de las iglesias
evangélicas;

- reconociéndonos todas y todos en igualdad -por el bautismo y para el servicio del Reino- potenciaremos la participación adulta
del laicado, y particularmente de la mujer, en las Iglesias, ejercida esa participación en los varios ministerios y en los puestos de
decisión;

- inculturando, a la luz del Evangelio y en la libertad del Espíritu, la liturgia, la teología y toda la pastoral;

- construyendo día a día la iglesia que soñamos como Pueblo de Dios, con la Biblia hecha vida, en las comunidades eclesiales de
base, por las pastorales sociales, en la creatividad fiel al Evangelio y a nuestro tiempo y a Nuestra América...

Queremos que éste sea el modo de vivir y de ayudar a vivir, en nuestra respectivas Iglesias y países, el verdadero Jubileo
permanente que instauró Jesús de Nazaret. Concretando, así, más allá de cualquier conmemoración triunfalista y ocasional, lo
que debe significar el Jubileo Bíblico en nuestros contextos sociales y religiosos: por una conversión personal y estructural de
nuestras Iglesias y Sociedades, en la vivencia de la fe con coherencia e inculturadamente, en la convivencia fraterna de una paz
con justicia y dignidad, en la satisfacción de las reivindicaciones mayores de tierra, salud, vivienda, educación, comunicación y
trabajo...

Queremos salvaguardar la memoria histórica de nuestras Iglesias y nuestros Pueblos y nos sentimos responsables por una
herencia de siglos de luchas y de martirios que no podemos malversar. Caminamos con muchos hermanos y hermanas que, en
Nuestra América, en todo el tercer mundo y en el primer mundo solidario, contestan esperanzadamente el fatalismo del sistema
único que nos quieren imponer. Y confiamos en la amorosa presencia del Dios de Jesús, libertador de los pobres, Padre-Madre
de la familia humana.

Por la Iglesia católica: Samuel Ruiz

Por las Iglesias Protestantes y evangélicas: Federico Pagura

Por los teólogos: José Comblin

Por los pastoralistas: José Oscar Beozzo

Por la vida religiosa: Magdalena Vandenheen

Por el laicado: Adolfo Pérez Esquivel

Riobamba, Ecuador, 30 de agosto de 1998