América ya no es la misma

2010-08-12 00:00:00

Poco antes de la inauguración del IV Foro Social Américas (FSA), este miércoles 11 de agosto, en el Consejo Nacional de Deportes, sede de encuentro hemisférico, Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz (1992) y luchadora por los derechos humanos, ofreció declaraciones a la prensa acreditada para el evento.

“Este Foro en Paraguay representa una oportunidad para hacer una agenda común,” dijo la lideresa guatemalteca, a tiempo que repasó varias de las problemáticas de interés para el debate durante las jornadas del IV FSA. Entre ellas, los derechos de la Madre Tierra, de las mujeres, de los pueblos indígenas y demás sectores de la sociedad civil, que pujan por otra América mejor y más justa.

Mencionó el nuevo paradigma del “buen vivir” como una necesidad en esta época de crisis civilizatoria, de decadencia del capitalismo y también de la moral. “La violencia se ha dejado como alternativa a los pueblos. Las armas siguen siendo la regla en el mundo. No necesitamos armas, necesitamos alimentos, viviendas,” dijo.

En ese sentido criticó la carrera militarista de los gobiernos estadounidenses y pidió al presidente Obama y al pueblo norteamericano, ayudar al cambio, para lo que no pueden cederle poder “a personas racistas, que están contra los inmigrantes.”

Reconoció que en América Latina el panorama ha cambiado. Ya no estamos ante dictaduras y sí en medio de procesos de construcción de alternativas. “También hay espacio para lo pueblos indígenas que estamos reivindicando los saberes y los conceptos de nuestros ancestros, que nos dan luces para encarar las crisis de esta época.”

En este escenario no hay cabida para golpes de Estado, aseguró al referirse a la ilegalidad del gobierno hondureño actual. Esa situación deja “un precedente nefasto en términos jurídicos y políticos.”

Los problemas que enfrentamos hoy son “universales. La degradación ambiental, por ejemplo, afecta a todas las personas, sean ricas o pobres.” De ahí la importancia de mirar con atención las experiencias que se ensayan en América Latina como alternativas de vida.

También llamó a darle un enfoque, una misión más social a los medios de comunicación y a aprovechar las potencialidades de las nuevas tecnologías para ponerlas al servicio del buen vivir, de la pluralidad y de la discusión entre muchas voces, que rompan el monopolio de la palabra y el pensamiento único.

El IV FSA, declarado de interés nacional en Paraguay, es ya una oportunidad para conocer y enriquecer esa realidad renovada de Latinoamérica y los reclamos ciudadanos en busca de esa otra vida posible.