República Dominicana: Unidas por una Vida Digna

2009-03-09 00:00:00

Reunidas para conmemorar este 8 de marzo del 2009, mujeres de organizaciones de la sociedad civil, feministas, sindicalistas, estudiantes, campesinas y profesionales recordamos y honramos las luchas libradas por las mujeres a través de la historia por el reconocimiento de nuestros derechos y la conquista de la igualdad en todos los planos de la vida social.

Una vez más elevamos nuestro clamor y rechazo a la violencia social y de género a que continuamos sometidas la gran mayoría de las mujeres dominicanas, expresada en las condiciones de desigualdad, discriminación y exclusión en que vivimos. Esta violencia es una muestra de la situación de crisis general a que asiste nuestro país y el mundo, es un problema de carácter estructural que amerita de reformas, de cambios y rupturas profundas en las relaciones sociales.

Este día internacional de la mujer 2009 encuentra a nuestro país inmerso en un contexto de reformas legislativas de vital importancia, donde se ponen en juego nuestros derechos como ciudadanas.

El pasado año 2008 de 7,500 despidos en el área textil, 1,500 han sido mujeres. De acuerdo a la ENDESA 2007, la mitad de mujeres en edad reproductiva reporta no haber estado empleada en los 12 meses anteriores a la encuesta. En la misma, el 70% de las mujeres entrevistadas afirman ganar menor salario que sus compañeros o esposos, aquellas con menor ingreso tienen menos participación en las decisiones del hogar y un 68% de las que reciben alguna remuneración en dinero son las más proclives a ser agredidas físicamente.

En el área de la salud, en el país fueron atendidos 23,777 casos de abortos en hospitales, según estudios de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) realizados en el 2007. Las complicaciones del aborto como causa de mortalidad materna para los años 2005, 2006 y 2007 representó el 9.3%, 10.7% y 13% respectivamente del total de la mortalidad materna para esos años El aumento de feminicidios en el año 2007 fue 173 y en el 2008 de 204, según datos de la Procuraduría General de la República, basados en las estadísticas del INACIF y la Policía Nacional. Hasta el 28 de febrero del 2009, se habían producido 39 feminicidios.

El componente legislativo, como indicador relevante de la equidad de género en las políticas de desarrollo, requiere una atención especial en los actuales momentos de reforma, por esto las mujeres del país, hemos venido hasta aquí, demandando el conocimiento, aprobación y modificaciones de leyes, y cambios en la aplicación de políticas que garanticen el respeto a nuestros derechos y que nos permitan vivir una vida en paz y con dignidad.

En tal sentido demandamos:

 El reconocimiento de la violencia contra la mujer y la tipificación del Feminicidio en el Código Penal, así como la despenalización del aborto en situaciones en que corre peligro la vida y/o salud de la mujer y en embarazos resultado de una violación sexual o incesto.

Exigimos que no sea considerado el párrafo del artículo 30 de la propuesta de Reforma Constitucional del Poder Ejecutivo que protege la vida “a partir del momento de la concepción” por considerar que el mismo impediría la utilización de métodos anticonceptivos y la aprobación de cualquier ley despenalizadora de la interrupción de embarazo.

Demandamos, además en la Carta Magna garantía y protección a los derechos sexuales y los derechos reproductivos, declarar el Estado dominicano como Laico y reformar a través de la vía de la Constituyente, que la modificación de la misma se haga vía asamblea constituyente.

Exhortamos la excarcelación de Deidania González y Altagracia Zarzuela, víctimas de la violencia machista, privadas de su libertad de manera injusta, las cuales han sido condenadas dos veces por el mismo hecho, en plena violación a lo que establen nuestras leyes.

Reclamamos incorporar el enfoque de género en los planes de Seguridad Ciudadana, por experimentar las mujeres inseguridad ciudadana en las calles y, por ser víctima de violencia también en la casa

Demandamos que el Poder Ejecutivo someta al Congreso Nacional la ratificación de los Convenios de la OIT 156 sobre Empleo con Responsabilidades Familiares y 183 de Protección a la Maternidad. Además, impulsar políticas públicas tendentes a respetar los derechos laborales, reproductivos y sindicales de las trabajadoras, compartiendo el empleo con sus responsabilidades familiares y con seguridad social, para que las mujeres ocupen empleos decentes y tengan vida digna.

Exigimos el conocimiento y aprobación del anteproyecto de ley de Reforma Agraria Integral,  que reposa en los archivos del congreso de la república, depositada por la Articulación Nacional Campesina desde abril del año pasado, la cual permitirá la implementación de la Soberanía Alimentaria no sólo como una  respuesta alternativa para los graves problemas que afecta la alimentación y la agricultura nacional y mundial , sino como una propuesta de futuro sustentada en principios de humanidad, tales como los de autonomía y autodeterminación de nuestro país. Se trata también de un principio de ética de vida diferente de ver  y construir una  sociedad sobre la base de justicia, igualdad y el respeto a los derechos humanos.

Impulsamos y abogamos por una sociedad donde sea eliminado éste sistema capitalista y patriarcal, que explota, margina y suprime los derechos de las mujeres. La sociedad que impulsamos reafirma el papel fundamental de la mujer y de la juventud en su construcción, que tenga como principio los valores humanos e igualitarios, donde no haya concentración de la riqueza ni explotación de las personas – hombres, mujeres, jóvenes y niñas, niños, adolescentes ni de envejecientes- basada en la justicia, la solidaridad, la soberanía alimentaria y la preservación de los recursos y bienes naturales.  Estas transformaciones estructurales, culturales, económicas, requieren de la aplicación de políticas públicas sistemáticas, coordinadas, transversalizadas, evaluadas y con las asignaciones presupuestarias adecuadas. Se trata de transformar no sólo la organización social, sino también las relaciones humanas que son, además, relaciones y voluntad política.

La creación de ésta nueva sociedad conlleva un tipo de relación e integración entre las personas, pueblos, países y regiones más humano, más justo, participativo y solidario, que no sea concebido y practicado como un espacio de aprovechamiento, corrupción, saqueo, destrucción e intervención indiscriminada de una persona o país poderoso y en ventajas frente a los otros que son mayoría, pero en dispersión. Estas relaciones tienen que darse y expresarse como un proceso de intercambio igualitario, justo e integral, que asegure la eliminación de la pobreza, de las desigualdades sociales y de género, que fomente la calidad de vida digna del pueble, básicamente de la mujer dominicana.

¡Honor y gloria a las mártires de los 8 de marzo y a las que todos los días tejen otros más!

Comisión de Mujeres de la ARTICULACIÓN Nacional Campesina
Colectiva Mujer y salud
CUDEM
CE-MUJER
CIPAF
Centro de Género de INTEC