Las organizaciones campesinas mexicanas que suscriben este documento presentan a la opinión pública nacional e internacional, así como al Relator de Naciones Unidas sobre el Derecho Humano a la Alimentación, el siguiente posicionamiento sobre el incumplimiento del Estado Mexicano de sus obligaciones en relación al Derecho a la Alimentación; el cuestionamiento al paradigma nacional e internacional de producción de alimentos, que privilegia la concentración del capital y el comercio de las corporaciones globales, en perjuicio de millones de campesinos que conforman una parte sustancial de la población mundial, en donde se observan la mayor pobreza alimentaria; que ha llevado a la sociedad rural mexicana y al mundo, a un desastre humano y alimentario, a una grave crisis alimentaria y al aumento de la pobreza en las áreas rurales, que impiden el cumplimiento de los Objetivos del Milenio.
 
Ante la insensibilidad e irresponsabilidad del Gobierno Mexicano, Ejecutivo y Legislativo, que actúan en beneficio de las corporaciones globales y los importadores de alimentos, en lugar de establecer políticas públicas en beneficio de todos los mexicanos, productores y consumidores, es fundamental la movilización organizada de la sociedad para modificar el paradigma neo imperial que ha impuesto la pobreza, la marginación y múltiples formas de violencia para la sociedad rural, para las personas que en ellas viven, sus comunidades y regiones, y al país en su conjunto, como resultado de una economía política que promueve la importación y no la producción de alimentos en el país, en beneficio de los intereses corporativos del capital global, y en grave detrimento del los derechos humanos de la gran mayoría de los mexicanos.
 
El contenido de este posicionamiento analiza en primer lugar la naturaleza del derecho a la alimentación, describe la situación jurídica del derecho a la alimentación en México, analiza la producción de alimentos en México y describe la situación alimentaria de los mexicanos, resultado de la modificación de los hábitos de consumo y reducción del ingreso, lo que permite sustentar la tesis del incumplimiento del Estado mexicano en relación al Derecho Humano a la Alimentación.
 
Se concluye en la necesidad de modificar de raíz el actual paradigma, que debe ser sustituido por otro sustentado en los derechos humanos, las libertades, la justicia, la equidad y la sustentabilidad, en donde la mayoría de los campesinos se conviertan en sujetos de transformación de su propia vida, al tiempo que puedan disponer de condiciones para que el conjunto de la sociedad mexicana pueda tener garantizado su derecho a la alimentación.
 
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