Leonard Peltier al Encuentro Indígena Campesino

2003-10-13 00:00:00

Primero, deseo agradecerles por haberme permitido el honor de poder
hablar aquí y también agradecer a los que organizaron esta
conferencia. Aunque estamos de diversos colores, diversos orígenes, y
culturas, honro eso y reconozco nuestra madre tierra en común. Estoy
en solidaridad con ustedes. Estoy en solidaridad con ustedes contra
nuestro enemigo común, un enemigo que tenga muchas caras pero
solamente un resultado de su agresión. Es una agresión aprovisionada
por un apetito insoportable a la riqueza y el poder sobre nuestros
recursos, nuestras vidas y nuestra tierra. Debo mencionar el recurso y
lugar más importante de nuestro futuro, nuestros niños, nuestras
generaciones futuras. Porque el agresor tiene muchas caras y el más
peligroso está sonriendo y muchas veces trae regalos brillantes,
debemos armar nosotros mismos con conocimientos. Con todo en la
obtención de esos conocimientos, no convertirse en el enemigo. Ahora
hay una guerra entre la tecnología de la vida y la tecnología de la
muerte. Si usted se pregunta a cuál de los dos usted está mirando,
mire el efecto a largo plazo de lo que se presente a su pueblo. El
agresor no puede sacar continuamente de nuestra madre tierra y
contaminar el aire y el agua y llamar a esto progreso. Esto es una
regresión de la vida no una progresión de la vida.

Como dije debemos armar a nuestros niños y a nosotros mismos con
conocimientos porque el conocimiento es poder. Debemos luchar para
mantener armonía con el creador y nuestra madre tierra. Debemos luchar
para mantener el balance con nuestros hermanos y con nosotros mismos.
Debemos reconocer la cara del agresor que viene a nuestros niños en la
forma de drogas y de alcohol o cualquier cosa que destruye nuestro
círculo de la vida. Debemos mirar continuamente dentro de nosotros
mismos y preguntar si en el largo plazo estamos sirviendo a la vida o
a la muerte. Debemos continuamente ejercitar nuestro músculo
espiritual y mantenerlo fuerte así como nuestros cuerpos. Debemos
reconocer que demasiadas veces nuestros esfuerzos de organizar son
debilitados por la contrariedad dentro de nuestro propio grupo. Éste
es nuestro problema más difícil a superar. Debemos ser honestos unos
con otros y estar dispuestos a aceptar críticas constructivas o las
preocupaciones habladas de hermanos y hermanas, y honor esa honradez.

Para los que han dado sus vidas por su pueblo son para siempre
agradecidos por su ejemplo. No hay mayor expresión del amor. Los que
luchan diariamente para parar la destrucción de nuestra madre tierra,
están expresando el verdadero amor para el trabajo práctico del
creador. Era un hombre joven cuando me encarcelaron para luchar por mi
pueblo. He estado aquí por casi 28 años. En mi encarcelamiento, tengo
mucho tiempo para meditar, rogar, reflejar en el pasado y en las
posibilidades del futuro. Digo a usted, ellos han capturado solamente
mi cuerpo no mi alma, corazón o espíritu. Si en mi encarcelamiento y
en mis discursos he traído un sentido que liberaría a un niño o a una
madre o a un padre, o a cualquier persona de nuestra familia mundial
de pueblos indígenas, del hambre, de la pobreza de la mente, del
cuerpo, de la cultura, o del espíritu, entonces todo mi tiempo no ha
estado inútil. Mi espíritu está presente en su medio hoy. Deseo que mi
cuerpo pudiera estar allí también. No obstante, estoy presente en
solidaridad con ustedes desde mi célula en la penitenciaría de
Leavenworth.

Su hermano en el espíritu de resistencia,

Leonard Peltier