La mutua campesina... seguro alternativo

2001-09-25 00:00:00

La seguridad social nicaragüense sigue incumpliendo los preceptos
constitucionales y su misma Ley creadora que los obliga a brindar
atención médica especializada no sólo a los trabajadores del sector
urbano, tanto comercial, industrial como público, sino a los obreros
agrícolas, producto de la falta de voluntad política de los
gobernantes de turno.

La Mutua del Campo es el seguro social alternativo que beneficia a 18
mil obreros agrícolas de los departamentos de Estelí, Jinotega y
Matagalpa, al recibir atención médica directa a través de las cinco
clínicas fundadas, las que cuentan con el personal especializado, la
infraestructura y los medicamentos necesarios.

La carencia de protección a los sectores vulnerables y al campesinado
nicaragüense por parte del seguro social tradicional, motivó a la
dirigencia de la Asociación de Trabajadores del Campo a buscar un
sistema de seguridad social alternativa, siendo la Mutua del Campo la
que ahora llena ese vacío en el sector campesino.

Las clínicas se localizan en la ciudad de Estelí, El Tuma, La Dalia,
La Sorpresa y la Fundadora, y brindan atención médica a los miles de
beneficiados con consulta general y entrega de medicinas, control
prenatal y post-natal. Cuentan con las especialidades de pediatría,
ginecología, exámenes de papanicolao.

Los 2400 afiliados realizan un aporte mensual de 30 córdobas, de los
cuales 15 son aportados por el obrero y el resto es asumido por la
patronal que les da derecho a recibir los servicios médicos al igual
que su núcleo familiar que comprende su cónyuge y sus hijos. Sistema
que ha brindado resultados positivos que se manifiestan con la gran
acogida hecha por el campesinado al sistema de seguridad social
alternativa.

De la totalidad de beneficiarios que totalizan 18 mil personas al año,
únicamente el 30 por ciento acude a los centros de atención médica,
por lo que el restante 70 con sus aportes mensuales financian la
atención de los pacientes. Paralelo a la cotización que realizan los
afiliados, la Mutua del Campo recibe el apoyo financiero a través de
fondos revolventes que aporta el Fondo de Cooperación de Bélgica,
(FOS), que definió crear las clínicas con carácter social.

El mutualismo data desde 1840 en Europa siendo su precursor el
sociólogo francés Joseph Prondhon, quien buscó una alternativa para
proteger a los trabajadores de la inclemencia de la revolución
industrial, propuesta similar al cooperativismo, explica el licenciado
Fausto Torrez, de la Dirección de

Relaciones Internacionales de la Asociación de Trabajadores del Campo.

Las clínicas creadas representan una alternativa en la atención médica
para los campesinos que carecen de atención del gobierno a través del
Ministerio de Salud. El gobierno inaugura centros de salud en
localidades remotas del país, las que dota únicamente con un enfermero
y sin medicinas, lo que representa un "retroceso" de la salud de los
nicaragüenses, expresa el dirigente de la ATC.

Necesidades que son cubiertas por el personal de las clínicas de la
Mutua, que debido al éxito obtenido, el sistema de salud será
extendido próximamente al municipio de Sébaco.

En los 5 años de funcionamiento del sistema de seguridad social
alternativo ha alcanzado resultados positivos insospechados y que
refleja el hecho que solo un 5 por ciento de los pacientes que
atienden, son remitidos a los diferentes centros hospitalarios para
practicarles cirugías ya sea menor o mayor.

Mientras el sistema de salud del país administrado por el Ministerio
de Salud tienen una norma de atención de un mil 750 pacientes por un
médico, las clínicas de la Mutua del Campo atiende 600 personas por
médico, lo que representa una mejoría considerable en la calidad de la
atención, explica el licenciado Fausto Torres, quien califica el hecho
como una verdadera "revolución" en el que hacer de la medicina
nicaragüense.

Un estudio realizado por la representación de la Organización
Internacional del Trabajo en el país revela que la Mutua Campesina
tiene gran aceptación entre los obreros del campo, con lo que se
demuestra la eficiencia del programa.

No todo es color de rosas, puesto que la crisis del precio del café en
el mercado internacional generó pérdidas que provocó atrasos en las
cotizaciones no solo de los obreros, sino de los patrones, así como el
incremento en los precios de las medicinas y la dificultad de
conseguir personal humano calificado para trabajar en el campo.

Pese a las dificultades y tropiezos, pero motivados por el éxito
alcanzado y los deseos de servir al campesinado que se encuentra casi
en el olvido, continuará el avance para satisfacer las necesidades de
los obreros agrícolas, quienes demandan los servicios médicos del
novedoso sistema de salud para Nicaragua y que representa una
alternativa de vida en medio de las adversidades gracias al apoyo que
les proporciona la Mutua del Campo.