Declaración: La obligación humana de vivir en paz
América Latina sufre una arremetida múltiple contra pueblos y países hermanos, y sus derechos a Vivir en Paz, Democracia, Vida Digna y Soberanía.
No es coincidencia el calentamiento de la frontera entre Venezuela y Colombia azotada por las redes de los paramilitares en maridaje con lo más nefasto de la política uribista, en claro intento de afectar la estabilidad democrática de Venezuela y la revolución Bolivariana; e incluso la hermandad de dos pueblos liberados por la misma espada de Bolívar. Tampoco es casual, que este hecho estuvo precedido por el conflicto por territorios promovido por un gobierno anti-soberano de la hermana república de Guayana.
No es coincidencia que en El Salvador las pandillas criminales en contubernio con la oligarquía tradicional, pongan en grave riesgo la estabilidad política y las condiciones de vida digna que el Gobierno democrático salvadoreño está construyendo, luego de superar la guerra civil y el caos generados por sectores retardatarios y herederos de dictaduras militares derrotadas por el Frente Farabundo Martí.
No es coincidencia, el ataque a la credibilidad y confianza política del Gobierno del Brasil y a su presidenta, exacerbando los temas de corrupción encubriendo el rol de la gran burguesía brasileña en esos hechos.
Y podríamos ampliar los ejemplos como en el caso de Bolivia y Argentina, mas es suficiente destacar que con todos estos países hermanos, nos une una voluntad y acción de lo mejor de nuestra historia de América en estos años, por los derechos de los Pueblos a Vivir en Paz y Democracia.
En este contexto, convocamos a los hombre y mujeres de nuestra Patria ha reflexionar y actuar ante una ofensiva en las calles y campos del Ecuador que abiertamente exigen la destitución de un gobierno electo democráticamente promoviendo políticas violentistas e incluso el lanzamiento de una bomba de alto poder explosivo contra la sede del movimiento político de Gobierno en Guayaquil; el ataque de bombas panfletarias e incendiarias contra la fuerza pública desarmada que resguardan la seguridad ciudadana y el ataque malévolo contra ellos con postes, lanzas y palos.
Hay sectores políticos y fuerzas fácticas que teniendo un historial de violaciones de los derechos humanos e incluso públicamente sindicados en crímenes de lesa humanidad, hoy hacen coro con quienes irónicamente fueron sus victimas, para montar una apología incriminatoria y generalizada contra los que ejercen la autoridad del Estado.
Lamentamos, que en este estado de confrontación se esté generando una espiral de un discurso político violentista y de exclusiones mutuas, en donde se debilitan los espacios de encuentros, fraternidad y el libre debate entre los ciudadanos de los comunes, que es el Pueblo y sus representaciones sociales, políticas e incluso culturales.
Nuestra preocupación es mayor, cuando constatamos la similitud de situaciones de desestabilización y generación de violencia generalizada en América Latina. Y no es una coincidencia, porque es evidente que hay políticas globalizadas desde los poderes transnacionales económicos, políticos y militares occidentales que instrumentan y financian procesos que atentan contra la Paz en nuestros pueblos y naciones; para balcanizar nuestras hermandades latinoamericanas y caribeñas, promover estados fallidos y en suma imponer el Caos; como condición ideal para el intervencionismo extranjero en nuestras tierras, la apropiación de nuestros recursos naturales y propiciar la orgía capitalista de la bestia apocalíptica de la guerra, el ciberespacio militar, la tecnología armamentista e incluso las inversiones disfrazadas de ayudas humanitarias, para que nuestros pueblos retornen a la tierra de la esclavitud y el Mal Vivir, en beneficio de los “redentores” de las grandes potencias del hemisferio norte.
Por eso hacemos un llamado a la razón, porque lo insensato parece que está tomando carta de naturalización en nuestra Patria a pesar de la evidencia de una tragedia. Y lo insensato puede convertirse en ceguera absoluta porque lo que vamos a enfrentar en el inmediato futuro, es peor y catastrófico.
¿O es que acaso, la reducción incremental de los precios del petróleo no cruza críticamente toda nuestra economía?
¿O es que acaso, en una economía mundial en crisis, la dinámica irracional del capital de las economías no dolarizadas de los países de frontera, van a detenerse en su afectación a la economía nacional dolarizada, en una relación comercial desigual y combinada?
¿O es que acaso, lo humano va a estar sobre el capital, cuando la realidad es que los inversionistas nacionales del gran capital, se convierten en apatridas y prefieren llevar sus capitales para invertir en tierras extrañas, paralizando la producción nacional con todo su universo de desempleo y desesperación para el pueblo?
¿O es que acaso, el Fenómeno del Niño comprobado científicamente como cruda realidad para los próximos meses y con una fuerza superior al producido a finales del siglo pasado, no traerá su estela de muerte y la destrucción de la economía principalmente en la región de la costa ecuatoriana?
¿O es que acaso, la potencial erupción del más alto volcán de América el Cotopaxi, puede convertir nuestros temores en indescriptibles cuando su impacto en la región central de la Sierra resulte inconmensurable?
¿O es que acaso, las fronteras calientes entre Venezuela y Colombia no tienen como anexo impúdico en escala reducida, la incidencia cada vez mayor en nuestras fronteras de Carchi con Colombia, de las mismas redes paramilitares de las bandas criminales del narcotráfico, contrabando de alimentos y bienes, comercialización de armas y otros artilugios; redes representadas políticamente por Uribe su jefe mayor y expresidente de Colombia, declarado enemigo de los pueblos libres y gobiernos progresistas de nuestra América, sin olvidar por supuesto su incursión armada en Angostura, el contubernio con traidores ecuatorianos comiendo en la misma mesa de la podredumbre humana y...las 7 bases norteamericanas en Colombia?
¿O es que acaso y hablando con franqueza, cuando las enmiendas y los diálogos, tengan un punto de quiebre en diciembre del 2015 y se tome la decisión de su viabilidad, seguramente la agenda política del Ecuador entrará en la dinámica de la participación electoral para el 2017, con su proceso natural de competencia y confrontación política?
¿O es que acaso, la generalización del ataque a los gobiernos progresistas de nuestra América Latina, al intentar imponer la aparición demoníaca de Estados fallidos, la balcanización de las naciones y el caos general, no es la antesala de realidades que ahora ya viven los 300.000 emigrantes de países del medio oriente como Siria e Irak o del norte de África como Libia, en donde la Paz intervencionista militar norteamericana y europea han producido el único y mas grande cementerio marino en la historia de la Humanidad: El Mediterráneo?
¿O es que acaso, el mensaje de Paz del Papa Francisco cayó en un basural de desechos tóxicos y las mentes anárquicas afiebradas por la ambición del poder del dinero, la política o simplemente la ignorancia negligente; dicten el devenir de nuestra historia?
¿O es que acaso, la humanidad no está viviendo la debacle final de su derecho de vivir sobre la Tierra, con sus vientos de guerra regionales sobre Ucrania, Turquía, Corea o la sufrida Palestina, que se enfilan a la conflagración nuclear?
Insistimos en un llamado a los líderes democráticos de los pueblos y no caer en la provocación ni en la trampa de quienes instan a la violencia hasta en nombre de la paz, para prevenir una escalada de enfrentamientos entre hermanos.
En nuestro país, esta en tensión toda nuestra capacidad para vivir como Pueblo en democracia después de ocho años de estabilidad política. Por eso con urgencia afirmamos la Obligación Humana de Vivir en Paz y decir junto al Libertador Simón Bolívar en su Carta de Jamaica: “Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria”.
31 agosto 2015