Declaración Política de Valparaíso

2002-04-08 00:00:00

Las Mujeres del Campo, Indígenas y Pescadoras de América Latina y el
Caribe, integrantes de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones
del Campo –CLOC-, de la Vía Campesina, y del Foro Mundial de Pescadores y
Trabajadores de la Pesca, reunidas en Valparaíso, Chile, del 2 al 4 de
abril de 2002, en el Seminario Internacional “Mujeres rurales Indígenas y
pescadoras en ruta a Johannesburgo expresamos:

Que a diez años de la Cumbre de la Tierra, y de múltiples Conferencias y
Acuerdos Internacionales, persiste la situación de deterioro del medio
ambiente, la discriminación y marginación de Continentes enteros que se
ven sumergidos en la pobreza y la miseria, mientras una parte minoritaria
de la humanidad detenta el poder y los bienes.

Que la globalización neoliberal y sus políticas han llevado a la
humanidad a una situación insostenible, que atenta contra la dignidad de
las personas, sus derechos, y contra la vida misma, impactando
dramáticamente a las mujeres de todo el mundo.

Que las Compañías Transnacionales se han apoderado de los sectores
estratégicos de la economía, el mercado se ha convertido en el rector de
la vida de la sociedad, colocando la libre circulación del capital y la
expansión del mismo al centro de las preocupaciones colectivas, generando
una nueva forma de colonización en la cual vastos sectores de la sociedad
se ven afectados. Así mismo, los Derechos Humanos son violados
sistemáticamente y los problemas ambientales son agravados por la acción
depredadora del capital transnacional.

Que a la globalización mercantil se anteponen la lucha por una
globalización solidaria de las mujeres y los pueblos, desarrollando
nuevas alianzas y formas de expresión diferentes, entre diversos sectores
de la sociedad, presionando a los gobiernos para la ratificación e
implementación de los Acuerdos Internacionales por el respeto a las
personas y su dignidad; incorporando en todos los ámbitos de la lucha
valores colectivos y respetuosos de la diversidad y la pluriculturalidad.

Declaramos que:

Rechazamos la privatización y la mercantilización de la vida,
comprometiéndonos a luchar por la conservación, defensa y resguardo de la
tierra y del mar: agua, flora, fauna y por la generación de políticas
sustentables que incluyan un enfoque transversal de género.

1. Exigimos que la soberanía alimentaria sea parte integral en la discusión
de una nueva concepción del desarrollo. La agricultura debe mantenerse
al margen de los Acuerdos de la Organización Mundial de Comercio. Y las
políticas del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y de otros
organismos creados por la ONU deben cumplir con el papel para el que
fueron creados, es decir el de preocuparse del desarrollo de los pueblos
y no del capital.

2. Los gobiernos y la comunidad internacional deben desarrollar planes
nacionales para la eliminación de los productos tóxicos y contaminantes
del medio ambiente.

3. La protección de la tierra, el agua , la capa de ozono, los bosques, la
florestas, fauna y todo lo relacionados con la salud del planeta, debe
ser colocado como tema urgente y prioritario.

4. Es de suma urgencia, superar en el más corto plazo , todos los
obstáculos que impiden el desarrollo humano sustentable, la erradicación
de la pobreza y el logro de la justicia social ; estableciendo medidas
redistributivas justas como un recurso inapelable en la lucha contra el
hambre y la pobreza.

5. Es imperativo la adopción de modelos económicos basados en el desarrollo
humano, la soberanía de los Estados y el mantenimiento de la vida en el
planeta.

6. Exigimos la exclusión de las actividades silvoagropecuarias, la pesca
artesanal y todas las cuestiones relacionadas con la producción de
alimentos, de los Acuerdos Internacionales de libre comercio, como
condición para asegurar la soberanía alimentaria de los pueblos y las
naciones.

7. Se deben poner en marcha de manera inmediata políticas de reforma agraria
integral, y de incentivos a la pequeña y mediana agricultura local y a la
pesca artesanal

8. Se debe desarrollar un programa internacional de retorno de las
campesinas /os que han emigrado de sus tierras por las diversas formas de
presión ejercidas por el modelo, estas personas deben ser indemnizadas
por los daños causados y se deben reparar los costos humanos, culturales
y ecológicos que resultan de esta situación.

9. Reorientar las políticas públicas colocando la equidad social y de género
en el centro de las preocupaciones gubernamentales, revalorando los
principios de universalidad y solidaridad, cuyo objetivo central debe ser
la satisfacción de las necesidades y el aumento de la calidad de vida de
las personas, en el marco de un enfoque integral de políticas económicas,
sociales y sustentables. Así mismo, se debe garantizar el derecho de las
mujeres a permanecer en el campo y en la zona litoral, espacios que son
la identidad cultural y de vida de los pueblos.

10. Potenciar todos los mecanismos institucionales del Estado para el
adelanto de las mujeres y dotarlos de mandatos y recursos apropiados para
priorizar el acceso de ellas a la tecnología agrícola y piscícola, al
desarrollo de iniciativas productivas y de distribución. Así como de
medidas de acción afirmativa en todos los ámbitos de manera tal que las
mujeres puedan optimizar sus posibilidades y participar en igualdad de
oportunidades;

11. Adoptar medidas legislativas y políticas y establecer mecanismos que
garanticen la participación social y ciudadana y eliminen las barreras
que limitan la representación de las mujeres en todos los niveles de la
toma de decisiones y la participación de las organizaciones de mujeres en
el diseño, la implementación, el seguimiento, evaluación y monitoreo del
conjunto de políticas públicas; y de manera especial con todas aquellas
que tienen que ver con el modelo económico y el desarrollo rural y
marino.

En consecuencia, las mujeres reafirmamos el derecho a la vida, a la
libertad, a la solidaridad como valores insustituibles para la humanidad
y dejamos constancia de nuestra inclaudicable voluntad de construir desde
todas las esferas posibles un mundo en que prevalezca la paz y la
justicia social.

Rechazamos la aplicación del plan puebla Panamá, del plan Colombia o del
plan dignidad porque atentan contra la soberanía de nuestros pueblos.

Rechazamos el tratado de libre comercio de las Américas –ALCA-, cuyo
enfoque es de priorizar las ganancias y los réditos de las corporaciones
y no el desarrollo de los pueblos.

Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza.