EE.UU.: Reforma de los medios de comunicación

2003-11-11 00:00:00

La concentración de los medios de comunicación en EE.UU., y
las estrategias para frenarla, fueron el tema central de la
"Conferencia Nacional sobre Reforma de los Medios",
realizada del 7 al 9 de noviembre en Madison, Wisconsin.
El ex candidato presidencial afroamericano, Rev. Jesse
Jackson, en el acto de clausura, expresó la preocupación
con estas palabras: "Hoy estamos en guerra. La información
es el oxígeno para la mente y nos están asfixiando por
falta de información".

El trasfondo de las discusiones fue la decisión tomada en
junio por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC por
sus siglas en inglés) que ablandó las restricciones a la
propiedad de los medios, con lo cual se dio un paso más
hacia el control por parte de un puñado de
megacorporaciones. (Ver
http://alainet.org/active/show_text.php3?key=3844). Esta
decisión, que se encuentra temporalmente suspendida,
pendiente de una decisión del Congreso, ha levantado una
ola de oposición entre la población, sin precedentes en un
tema relacionado con la democratización de la comunicación.

Robert McChesney, hablando a nombre de Free Press,
instancia convocante de la Conferencia, ilustró cómo la
presente tendencia que restringe la libertad de prensa es
contraria a toda la tradición democrática de su país. Al
evocar los antecedentes históricos, recordó el amplio
debate público en siglos pasados sobre subsidios postales
para la prensa, que se polarizó entre quienes defendían un
fuerte subsidio para el envío postal de periódicos, y
quienes argumentaban que el correo debía ser gratis. La
meta que nadie cuestionaba: garantizar la diversidad de la
prensa, más allá de su capacidad financiera. El resultado,
dice, fue una sociedad muy diversa y letrada.

Hoy, afirmó el investigador, no es que no haya subsidios:
los conglomerados mediáticos están recibiendo enormes
subsidios, entre otros bajo la forma de concesiones
gratuitas de las ondas radioeléctricas. La diferencia es
que nunca lo admiten públicamente, ni promueven el debate
público en torno a tales decisiones. Así en 1996, la Ley
Federal de Telecomunicaciones fue aprobada casi sin
conocimiento de la población.

Uno de los resultados de la actual concentración ha sido la
eliminación de gran parte de los programas de comentario
sobre temas de actualidad, especialmente en la radio. Una
sola empresa -Clear Channel- ha acaparado más de 1300
estaciones de radio a nivel nacional, eliminando buena
parte de la programación local, y la diversidad de puntos
de vista que implica. Incluso en ciertos casos, para tener
espacios de expresión, la creación musical local tiene que
pagar.

El congresista independiente Bernie Sanders, por su parte,
habló sobre las graves implicaciones de una prensa atada a
los grandes intereses económicos, que se permite imponer la
agenda de lo que es importante, y decidir lo que nunca se
menciona. Los temas ausentes o escasamente tratados
incluyen el colapso de la clase media en EE.UU. que trabaja
cada vez más horas por cada vez menos ingresos; la
creciente brecha entre ricos y pobres, o la reforma del
seguro médico. Y preguntó asimismo por qué, cuando EE.UU.
embarcó en una alargada intervención en Irak, la prensa no
pasó revista a las experiencias de intervenciones en
décadas recientes y sus resultados. Citó el caso de
Nicaragua que hoy padece una situación económica y social
crítica, con un 50% de desempleo.

El periodista de la televisión pública (PBS), Bill Moyers,
en una de las intervenciones centrales, lanzó un llamado a
"rescatar a la democracia", y advirtió sobre las
similitudes entre EE.UU. e Italia, donde el 50% de los
reporteros/as laboran hoy para el Presidente y magnate
mediático Silvio Berlusconi.

Estrategias

En los diferentes paneles de la conferencia, académicos/as,
políticos/as, periodistas, estudiantes, activistas y otros,
intercambiaron sobre tácticas y estrategias a desarrollar.
Respecto a la decisión de la FCC, se lanzó un llamado a la
sensibilización y movilización para que se pronuncie la
Cámara de Representantes y si ello es exitoso, para
bloquear un eventual veto de la decisión por el Presidente
Bush. Luego de un fallo, en septiembre, de una corte de
apelación que congeló temporalmente la medida justo antes
de su entrada en vigencia, y de un voto en el Senado que
revierte la decisión de la FCC, el dossier se encuentro hoy
estancado en la Cámara de Representantes. La conferencia
convocó a multiplicar por 10 las 2 millones de cartas
recibidas, hasta ahora, en oposición a la medida, para
realizar una campaña de presión hacia el Congreso.

Algunos de los paneles abordaron el aspecto internacional,
y en particular el impacto de los acuerdos de libre
comercio en la comunicación.

En el caso del ALCA, se señaló que, a menos que se
introduzca una cláusula que les excluya expresamente, áreas
como la radio-teledifusión, la edición, el diseño visual o
la publicidad podrían estar sometidas a las mismas reglas
del juego que los bienes materiales. Ello implicaría
tratar a la cultura como mercancía, a la edición como
servicio y a los contenidos como bienes. Significaría
desconocer que la producción cultural e intelectual tiene
otras dimensiones, más importantes que su valor económico,
vinculadas, entre otras cosas, a la soberanía, la identidad
de los pueblos y el desarrollo de una esfera pública
dinámica y participativa.

Si los acuerdos comerciales no establecen la excepción para
estas áreas, sucederá lo que ya está sucediendo en Canadá
bajo el TLCAN. La ley nacional ya no puede obligar a
incluir un porcentaje de contenido canadiense en las
ediciones canadienses de revistas norteamericanas
(únicamente la publicidad es particular a cada país); las
ventajas fiscales o postales que ese país daba a sus
revistas, como medida de protección de su integridad
cultural, han sido declaradas contrarias al comercio libre.
En la práctica ha obligado a varias revistas canadienses a
dejar de existir. Es más, también afecta el derecho de un
país de restringir ciertos tipos de publicidad por razones
de salud pública, por ejemplo, al tabaco.

De prosperar los acuerdos de libre comercio en las
Américas, se acelerará el proceso de concentración de
medios en toda la región. Los mismos medios que están
dominando la prensa estadounidense determinarán el
contenido de la prensa, televisión y radio en los países de
América Latina.

Al respecto, se destacó la importancia de establecer
puentes con las organizaciones que, en toda la región están
luchando contra los acuerdos de libre comercio, que se
encuentran agrupadas entre otras en la Campaña Continental
contra el ALCA. El tema estará presente en las
movilizaciones contra el ALCA en Miami este mes de
noviembre, donde está previsto un marcha bajo el lema:
"Nuestros medios no están a la venta", justamente para
rechazar la inclusión del área de comunicación en cualquier
acuerdo comercial.

En la Conferencia se señaló también que no basta con
impedir una mayor concentración de los medios, sino que
hace falta medidas más proactivas para revertir la
concentración actual y para que las comunidades retomen el
control sobre sus medios. Una de las propuestas es
multiplicar las estaciones de radio de baja potencia;
además de la proliferación de las radios "piratas" de este
tipo, la propuesta es lograr su legalización.

No faltó la voz crítica de las comunidades de color de
EE.UU., que destacó que los medios nunca han sido
democráticos, y que más bien siempre han sido un
instrumento para replicar la supremacía blanca, el
patriarcado y el capitalismo. Al calificar el problema de
estructural, su exigencia no es la reforma, sino la
justicia mediática, para que la democracia comience
realmente a ser para todos y todas.

Por último, no está demás señalar que -más allá de algunos
medios de Madison comprometidos con su realización- en los
grandes medios de EE.UU., esta Conferencia simplemente no
existió.