Retoman papel de la comunicación en el desarrollo

2006-06-05 00:00:00

En la década de 1970 la UNESCO planteó la necesidad de que las políticas de comunicación tenían que integrarse a las políticas de desarrollo, un objetivo que se consideraba era responsabilidad de los gobiernos. Treinta años después, luego de que las reformas neoliberales dejaron el desarrollo a la deriva de las fuerzas del mercado, se escuchan nuevos argumentos acerca de que la solución a problemas como la pobreza y el hambre requieren del concurso de prácticas de comunicación especialmente adecuadas a ese fin.

Así se ha visto en el Taller Regional sobre Comunicación para el Desarrollo y Modos de Vida Sostenibles, realizado en Costa Rica, del 28 de abril al 1 de junio pasados. Esta actividad fue convocada de manera conjunta por la FAO, el Centro de Comunicación Voces Nuestras, de Costa Rica, y la Unidad de Asistencia Técnica Regional (RUTA). El Taller han reunido más de cincuenta personas en representación de una docena de experiencias de comunicación participativa más otra docena de organizaciones e instituciones que trabajan en desarrollo rural, la mayoría con algún componente de comunicación en sus actividades.

El encuentro de tan diversas experiencias ha servido para que los y las participantes reconozcan que las distintas iniciativas de comunicación para el desarrollo se guían, o debieran estar guiadas, por valores como el respeto al saber local y tradicional, la solidaridad y la equidad. Son los mismos principios reconocidos desde hace treinta años, pero aplicados de distinta manera porque, a diferencia de cómo se pensaba en la década de 1970, ahora se comprende que la comunicación sirve para mucho más que desarrollar destrezas productivas entre los pobladores rurales. La comunicación para el desarrollo se entiende ahora como un instrumento para que las personas en los sectores social y económicamente marginados tengan mayor control sobre sus condiciones de vida.

Por otra parte, si hace treinta años la comunicación para el desarrollo surgió como una propuesta “de arriba hacia abajo”, hoy las iniciativas van “de abajo hacia arriba”. En aquel entonces se trataba de una exhortación a gobiernos para que aplicaran políticas de comunicación. Actualmente, las prácticas comunicativas orientadas al desarrollo están sostenidas por grupos de base, organizaciones no gubernamentales, además de agencias de gobierno e instituciones multilaterales. Así se observa en la gama de iniciativas representadas en el Taller, muy diversas no sólo con respecto a las entidades que las impulsan, si no también en cuanto a las poblaciones meta y objetivos inmediatos.

“Aunque el concepto es muy amplio procuramos que el Taller tuviese una proximidad a los principios, valores y metodologías de la comunciación para el desarrollo”, explica Sandra Salazar, de Voces Nuestras. “El otro criterio es que tuvieramos diversidad”. En la actividad se han conocido iniciativas orientadas al desarrollo de capacidades y elaboración y de conocimientos, otras a la defensa de la identidad campesina e indígena, una que otra a incidir en el debate público o acompañar movilizaciones sociales. Algunas han llamado la atención por su originalidad, otras por su continuidad a lo largo de muchos años, o bien por su capacidad para interpelar a las autoridades gubernamentales.

Principios y métodos en la práctica

Uno de los valores básicos de la comunicación para el desarrollo es la participación de los sectores marginados en los procesos de comunicación social. Mejor aún si las personas adquieren destrezas para elaborar por sí mismas los productos comunicativos. En Centroamérica, una de las iniciativas que más se apega a ese principio es la radiorevista “Abriendo el Surco”, elaborada por un equipo de campesinos y campesinas de la zona norte de Costa Rica la región más agrícola del país. El programa se escucha todos los domingos por Radio Santa Clara, emisora cultural de la Diócesis de San Carlos. Comenzó a trasmitirse desde 1984 y en el año 2002 Abriendo el Surco celebró su transmisión número mil.

En sus inicios, el programa fue impulsado desde la Unión de Pequeños y Medianos Agricultores (UPANACIONAL). Cuando ese apoyo organizacional mermó, el grupo productor continuó el programa por su cuenta, sobre la base de trabajo voluntario. El tiempo de transmisión lo aportó Radio Santa Clara sin costo alguno, situación que se ha mantenido hasta el presente. No se pauta publicidad comercial “para nadie nos tape la boca”, dice Alcides Varela, del equipo productor.

“Abriendo el Surco” toca los más diversos asuntos de interés para los agricultores de la zona norte de Costa Rica: temas tecnológicos, problemas de comercialización, el papel de las organizaciones campesinas, temas de la realidad local, nacional e internacional. El nivel de identificación entre el programa y la población de la zona se aprecia en el hecho de que a lo largo de veinte años, en más de sesenta ocasiones los programas han sido transmitidos desde las mismas comunidades, con participación de la población local. “Abriendo el Surco” también ha dado acompañamiento a numerosas luchas reivindicativas de los agricultores y pobladores de la zona.

En la actualidad el equipo productor está organizado en una asociación que lleva el mismo nombre del programa. El objetivo de la asociación es mantener espacios de encuentro e información para el campesinado de la zona norte del país con el fin de revalorar y fortalecer los principios espirituales, la identidad cultural y los valores de ese sector social.

Además del programa, el colectivo productor ha realizado a lo largo de su existencia una labor de producción cultural: ocho festivales culturales, ocho obras de teatro, recopilación de más de cien canciones originales de canta-autores campesinos, de Nicaragua y Costa Rica. Se han formado corresponsales en las comunidades, que se encargan de enviar material, a veces simplemente dar un reporte telefónico en vivo. Estos corresponsales también preparan las visitas del equipo productor a las comunidades cuando se realizan transmisiones en vivo desde las mismas.

¿Cuál es la principal lección de esta experiencia? Varela destaca el hecho de que se ha comprendido que cuando a las comunidades rurales se les da la oportunidad, se motivan para la participación y divulgación de sus acciones comunales y organizativas de frente a las luchas conjuntas.

La noción y prácticas de la comunicación comenzaron en una época de mayor participación estatal en las tareas del desarrollo rural y nacional. “En ese momento se considera que la comunicación para el desarrollo es parte de las funciones relacionadas con la investigación agropecuaria, de los servicios de extensión, como un recurso más que está a cargo del Estado. Mucho de eso hoy en día se considera que está en el ámbito de las empresas privadas”, explica Jorge Martínez, uno de los pioneros del tema en México y Latinoamérica.

Martínez fue miembro del Sistema de Comunicación Rural del Programa de Desarrollo Rural Integrado del Trópico Húmedo (PRODERITH), que funcionó en México entre 1978 y 1988. Esta fue una de las iniciativas fundantes de las prácticas de comunicación para el desarrollo. Involucraba a los productores rurales en la elaboración de mensajes audiovisuales y fue un ejemplo de la importancia de la comunicación en los servicios de extensión agrícola proporcionados desde el Estado. Actualmente son casi inexistentes los casos en que una institución de gobierno emprende prácticas de comunicación participativa como parte de sus programas de desarrollo. Por ello merece destacarse el potencial observado en la relación que mantienen el Programa de Seguridad Alimentaria (PESA) de la FAO y el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria Nicaragua, INTA.

En un inicio, el componente comunicacional de PESA Nicaragua se planteó la capacitación en técnicas radiofónicas a un grupo de extensionistas del INTA, contraparte nacional del Programa. De esa manera se pensaba reactivar la radiorevista “Desde la Finca de Don José”, producida por el INTA. Efrén Reyes fue más allá y logró darle un enfoque participativo a las iniciativas comunicacionales emprendidas desde ese programa.

En el año 2004 Efrén emprendió la capacitación de 22 jóvenes, hombres y mujeres, muchos campesinos o hijos de campesinos, en los departamentos de Madriz, Nueva Segovia y de Estelí. El grupo recibió una formación básica en técnicas para hablar en público, para rotulación y producción radiofónica. Posteriormente, el grupo se convirtió en multiplicador de su formación, de manera que en total se ha capacitado a unas cuarenta personas en diez comunidades de los departamentos indicados. Las habilidades aprendidas se han puesto en práctica en la elaboración de los contenidos de la radiorevista y de otros mensajes como carteles y mantas. Los temas más frecuentados han sido la protección del medio ambiente, nutrición, promoción para mercados.

En sus objetivos más generales, cada programa nacional de PESA en Centroamérica aspira a que sus metas y métodos sean apropiados por las instituciones de carácter nacional en cada país. Ello abre la posibilidad de que el INTA u otras instituciones den continuidad a la experiencia de comunicación participativa desarrollada por PESA en Nicaragua.

La comunicación para el desarrollo empodera a las personas para que logren mayor control sobre las tendencias que afectan sus vidas. No pocas veces ello requiere polemizar con otros sectores sociales. Así, la movilización de la opinión pública a través de la comunicación es una de las estrategias empleadas por grupos comunitarios y ciudadanos para resistir aquellos megaproyectos de inversión que vienen a trastocar las relaciones sociales y condiciones de vida en las comunidades rurales. Hablamos, por ejemplo, de proyectos hidroeléctricos o de minería, los cuales se deciden muy lejos de las poblaciones afectadas, desde los gobiernos, empresas privadas y organismos multilaterales.

Una de las experiencias conocidas en el Taller Regional sobre Comunicación para el Desarrollo y Modos de Vida Sostenibles fue la campaña desarrollada por agrupaciones comunitarias, ciudadanas y sectores de la Iglesia católica de Guatemala frente a la minería de metales a cielo abierto. La experiencia fue presentada en el Taller por el Colectivo Madre Selva, una asociación ecologista basada en Ciudad de Guatemala.

La oposición a la minería surgió primero en comunidades campesinas del departamento de San Marcos, con un claro y firme apoyo del obispo de la zona, Álvaro Rammazini. “El movimiento de resistencia ya lo venían dando ellos, desde un año antes de que nosotros entráramos al tema, pero no habían podido visibilizarlo” señala Oscar Conde, integrante de Madre Selva. Cuando esta organización se sumó a la polémica consideró necesario forjar una alianza más amplia, “para no estar solos en esta lucha que avecinaba como muy delicada a nivel político”. Se convocó entonces a grupos de mujeres, grupos de periodistas con conciencia ambientalista, grupos de derechos humanos y las grandes organizaciones campesinas.

Madre Selva también propició una visita de líderes comunitarios de San Marcos a comunidades afectadas por la minería en Honduras. Con los insumos de esta visita y de una investigación sobre el estado de las condiciones mineras en Guatemala, se inició una fuerte campaña en el año 2004, mediante la utilización de diversos medios: escritos en los periódicos, carteles, volantes, videos y multimedia, pero sobre todo la comunicación interpersonal para establecer y mantener alianzas. El tema llegó a estar en las primeras páginas de la prensa durante el año 2005, por lo que Madre Selva se siente satisfecha con respecto al objetivo original de la campaña, que fue “alertar a la población guatemalteca sobre los peligros, los impactos de la minería de metales”, en palabras de Conde. Ahora se han planteado un objetivo más ambicioso, detener las concesiones para la minería de metales en el país.

Lecciones de la experiencia

El Taller Regional sobre Comunicación para el Desarrollo y Modos de Vida Sostenibles ha procurado momentos para que los y las participantes pudieran sistematizar algunas enseñanzas comunes aportadas por sus distintas experiencias.

Así, se han identificado valores, métodos y atributos de las prácticas y productos de la comunicación para el desarrollo. Hablamos de solidaridad, concertación, diálogo, participación, recuperación de la voz y la imagen de la gente por medio del género testimonial y el uso de formatos interactivos.

¿Realmente contribuye esto a la erradicación de la pobreza? Si hablamos de la pobreza como condiciones de vida sí contribuye. La comunicación orientada al desarrollo es uno de los instrumentos que permite a las personas ganar acceso y control sobre distintos medios de vida – recursos sociales, financieros, culturales, de infraestructura, por ejemplo--. Es sobre el acceso a dichos medios y la información sobre los mismos que las personas toman sus decisiones, pequeñas y grandes. A un nivel más amplio, la comunicación para el desarrollo también sirve para que las personas ganen influencia sobre las fuerzas del contexto que les rodea.

- Elaborado por Rafael E. Cartagena para el Centro de Comunicación Voces Nuestras