Neoliberalismo y soberanía alimentaria

2004-12-06 00:00:00

“La globalización neoliberal y sus amenazas sobre la soberanía
alimentaria, el acceso a la tierra y a los recursos naturales” fue uno
de los temas que se abordó en la conferencia plenaria del Foro Mundial
de Reforma Agraria, llevada a cabo en la mañana del 6 de diciembre.

En este evento participaron los dirigentes campesinos Francisca
Rodríguez (América Latina), Pedro Abendaño (Foro Mundial de
Pescadores y Trabajadores de la Pesca), Paúl Nicholson (Europa),
Laurence Roudart (Europa), entre otros.

La producción agrícola aumentó en los últimos años enormemente. Hay
suficiente alimentos para satisfacer las necesidades de la población
mundial, sin embargo muchas personas no tienen acceso a los mismos y
sufren hambre. Y entre estos últimos está los campesinos sin tierra,
que tienen la más baja renta, son los más pobres, están menos
equipados y no tienen acceso a la tecnología, según el planteamiento
de Laurence Roudart. La denominada modernización ha creado una gran
brecha entre agricultores equipados y no equipados y distintos niveles
de productividad. El libre comercio favorece al gran agrobussines y
es tremendamente destructivo para los pequeños agricultores. El
mercado, en estas condiciones, no puede satisfacer las necesidades
humanas puesto que excluye y aniquila a la población campesina, más
le interesa la ganancia que producir para la población, agudizando el
problema del desempleo mundial.

Pedro Abendaño manifestó que las políticas neoliberales afectan tanto
a los campesinos que viven de la tierra como a los pequeños pescadores
que viven del mar. “A cada hora, el poder del mundo se concentra y se
globaliza. Veinte o treinta personas lo tienen en sus garras.
Continentes enteros en la miseria junto a altos niveles tecnológicos,
posibilidades de vida asombrosa y al mismo tiempo millones de hombres
desocupados, sin hogar, sin asistencia médica, sin educación”. Las
políticas neoliberales impulsadas por el Banco Mundial o la OMC están
afectando a las comunidades de pescadores artesanales que abarcan a
100 millones de personas de todos los continentes. El pescado es un
alimento vital para la alimentación mundial, pero la concentración de
la industria pesquera en unos pocos consorcios, que acaparan el 80% de
la producción pesquera del planeta, pone en riesgo la seguridad
alimentaria. Una sola empresa, el grupo PESCANOVA de España opera la
flota pesquera comercial más grande, fuera de China, extendiendo sus
tentáculos a los cinco continentes y desplazando a las industrias
nacionales. Para hacer frente al neoliberalismo, es necesario
fortalecer las organizaciones y las plataformas comunes y alcanzar
una alianza entre el mar y la tierra para abrir caminos de esperaza,
propuso Abendaño.

Para Francisca Rodríguez, dirigente de Vía Campesina, luego de 25 años
de la Conferencia de la FAO sobre la reforma agraria , se ha logrado
reabrir el debate sobre la reforma agraria, pero en este lapso mucha
agua ha corrido sobre el puente y “dura ha sido la acción del
capital”, y “hemos sido fuerte y violentamente impactados, pero ni
las dictaduras, ni las políticas impuestas internacionalmente desde
la OMC, el Banco Mundial, el FMI, ni todos estos años de represión
ideológica, ni las muertes a través de guerras de baja o alta
intensidad nos lograron acallar”.

En los últimos 25 años, según Francisca Rodríguez, la población
campesina se ha reducido drásticamente y por primera vez en la
historia de la humanidad, la población urbana esta siendo mayor que la
población rural. “La tierra se ha re-concentrado año a año en
antiguas y nuevas manos; junto al latifundio ha ingresado el capital
internacional. Las familias campesinas expulsadas de la tierra
aumentan minuto a minuto; no me estoy refiriendo aquí solo a los
procesos de migración, sino al cierre de las explotaciones familiares
en los países industrializados, a la expulsión directa del campo ya
sea por los proceso de contra-reforma agraria, por las guerras o por
la instalación de las transnacionales en la agricultura y porque la
producción de alimentos se ha convertido para la multinacionales en un
negocio global”, agregó.

Por último, el dirigente campesino vasco, Paúl Nicholson, se refirió
al modelo agroexportador que se ha venido imponiendo bajo la tutela
del Banco Mundial y la OMC en detrimento de la agricultura local y de
la cultura campesina. Todo está diseñado para fortalecer ese modelo:
la construcción de infraestructura, de embalses y autopistas, la
liberalización del comercio, la apropiación del conocimiento y de la
información, la desregularización de los derechos sociales de los
trabajadores hasta reducirlos a la mínima expresión. Este modelo se
instaura por medio de la violencia que se expresa en asesinatos de
campesinos en América Latina y en suicidios de hombres y mujeres del
campo en Asia, especialmente en el sur de la India. Frente a todo
ello, urge fortalecer la lucha contra la impunidad e impulsar todas
las formas de resistencia y de desobediencia civil. “Los cambios solo
vendrán a través de la movilización social”, sentenció Nicholson.