"Brasil solo no detiene el ALCA"

2002-12-17 00:00:00

Luiz Inacio Lula da Silva y Lucio Gutiérrez son los nombres más
recurrentes por estos días en los pueblos latinoamericanos. Las recientes
elecciones en Brasil y Ecuador, trajeron más aliento al empuje popular que
crece por día en el continente. Pero para el Premio Nobel de la Paz Adolfo
Pérez Esquivel, América Latina está, sobre todo, ante la urgencia de la
unidad y el fin de la fracturación.

Y está a tiempo de lograrla antes del ALCA, pues existe una conciencia
cada vez más fortalecida, y se generan otros caminos a través de los
pueblos, y no solo de quienes pronto asumirán la primera magistratura.

- Los presidentes electos de Brasil y Ecuador, con una propuesta electoral
muy cercana a los pueblos, asumirán el poder en medio de una espantosa
crisis económica, pero, sobre todo, maniatados por las exigencias del
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, las imposiciones de
Estados Unidos y la amenaza inminente del ALCA. Son agudos dilemas en los
que mucho pesarán las decisiones económicas de los nuevos gobiernos, sin
embargo, no están claras esas agendas. ¿La falta de programas económicos
precisos no será una debilidad más en los mandatos que ambos iniciarán a
inicios del 2003?

- El gobierno de Lula es un signo de esperanza y una capacidad de
construcción que se fue generando en Brasil a través de muchos años y
ahora da los frutos. Pero él, Lucio en Ecuador, y Chávez en Venezuela,
tienen problemas distintos. La construcción es distinta. Lula parte del
sindicalismo y de las comunidades eclesiásticas de base, tiene un apoyo de
la iglesia brasileña. Asumió no solo con el gran apoyo de las masas
populares, que le dieron un voto de confianza, sino también con el de los
empresarios.

"Pero es un grave error pensar que el problema es únicamente económico. Es
político y es cultural. Desde ahí hay que comenzar a re-ver las cosas, y
no significa que la economía haya que dejarla a un lado.

"Uno de los ejes a analizar es porqué los países latinoamericanos, sus
gobiernos, no se unen para tratar las cosas fundamentales. Hay una
fractura del pensamiento, una dispersión donde cada uno trata de salvarse
solo. Es como si a un náufrago le tiraran un salvavidas de plomo.

Como la deuda externa.

- El FMI, Estados Unidos, no quiere tratar el problema de conjunto, sino
de manera individual; así puede dominar a los gobiernos latinoamericanos.
En conjunto, el problema entonces sería para el FMI, el BM y el gobierno
de EE.UU.

"Pero, cómo puede darse con esta fractura del pensamiento latinoamericano.
Por eso digo que es un problema cultural.

"Cómo puede ser que ante esto no se unan los gobiernos. Nosotros estamos
proponiendo llevar el tema a la Corte Internacional de La Haya, para
determinar sobre la deuda lo legítimo de lo ilegítimo. Sin embargo, no
hemos logrado hasta ahora, a pesar de tantos años de lucha, la unión,
esperemos que Lula lo haga con Argentina y con el resto de los países
latinoamericanos."

--Lula es la gran esperanza.

--Asumirá el poder con el campo minado. El sistema le ha dejado minas por
doquier. Tendrá que tener mucho cuidado para detectarlas y sacarlas. Se
enfrenta, además, con muchas debilidades en el camino, como la casi
desintegración del MERCOSUR, debido a la fuerte crisis argentina y la gran
presión de Estados Unidos para destruir ese mercado. Y el ALCA llevaría a
la destrucción ya no solo de él, sino también del Pacto Andino, y de otros
mecanismos subregionales.

"Desde el punto de vista económico y de las presiones del FMI y el BM,
Lula va a tener dificultados, por eso, dentro de pocos días irá a
Argentina para ver cómo fortalecer el MERCOSUR a pesar de la debilidad de
nuestro país.

"Y también tiene un frente interno muy complejo y difícil: las políticas
sociales, superar el hambre, la exclusión social, la pobreza y generar
fuente de trabajo. Y eso no se arregla con asistencia. América Latina no
podrá arreglar nada con políticas asistenciales. Estas son buenas para
determinados sectores, pero es negativa para la capacidad de un pueblo de
poder tener nuevos conceptos de desarrollo y de vida.

--Recién usted estuvo en Ecuador, en las manifestaciones contra el ALCA,
¿qué desafíos tendrá el gobierno de Lucio Gutiérrez?

--Lucio Gutiérrez tuvo algunas posiciones interesantes, pero en el momento
en que nosotros estábamos allí para la reunión del ALCA, cuando todavía él
era candidato a la presidencia, se fue a Estados Unidos a negociar con el
Fondo Monetario Internacional y con el Departamento de Estado. No sé si
desde una estrategia es lo válido, pero en esos momentos se necesitaba que
estuviera en el país, acompañando las manifestaciones populares, la
reflexión y construyendo desde las bases.

"Si siempre privilegiamos al Imperio, ¿a dónde vamos? Para mí, Lucio
Gutiérrez todavía es una incógnita, pero esperamos que la misma sociedad
ecuatoriana comience a perfilar propuestas y alternativas. Esperamos por
las alianzas que tiene con el movimiento popular, con el indígena, que fue
el que lo apoyó y le facilitó su triunfo electoral.

"Hay que ver cuáles son ahora sus propuestas de gobierno. No se le conoce
todavía muy claramente. Una cosa son los discursos, las campañas
electorales, y otra después las realidades concretas cuando se tiene que
asumir, cuando se tiene que construir, y eso no se improvisa. Pero a Lucio
Gutiérrez le deseamos lo mejor y vamos a tratar de acompañar y de ver. Hoy
nadie da un cheque en blanco. La experiencia nos dice que hay que apoyar,
ser prudente y ser coherentes entre lo que se dice y lo que se hace."

--Usted plantea que la viabilidad de la alternativa de los nuevos
gobiernos descansa, más que en el problema económico, en lo político y lo
cultural; sin embargo, Hugo Chávez entró al gobierno y propugnó una nueva
Constitución, tiene un apoyo en los sectores más populares y humildes, ha
recuperado parte de su unidad política y cultural --incluso estos lo
repusieron en el poder después del golpe de Estado--, pero a veces parece
que Chávez no podrá.

--No he dicho que ha de aislarse una cosa de otra. Es algo integral:
económico, cultural y político, pero no es solo un problema económico. En
mi opinión, Chávez abrió demasiados frentes de un solo golpe, no tuvo la
estrategia de ver cómo focalizar las cosas con todos los grandes aportes
que hizo en la Constitución bolivariana, pero tampoco se puede olvidar que
los enemigos son muy poderosos.

"Los empresarios no quieren perder sus privilegios, y los medios de prensa
están tratando de destruirlo, de mostrar una imagen negativa de Chávez en
el mundo, sin que haya una alternativa para oponerse a esa presión. Lo
mismo puede pasar en Brasil con Lula si llega con un proyecto y este no
tiene los medios, el apoyo del pueblo y de los empresarios.

"Pero Lula sí tiene el apoyo de los empresarios y viene trabajando con
ellos. Los empresarios en Brasil tienen conciencia nacional, los
venezolanos no la tienen, al igual que los argentinos. ¿Cómo es posible
que en Argentina haya 220 000 millones de dólares de capitales nacionales
fuera del país? Porque no creen en el país.

"Los empresarios venezolanos tienen la misma mentalidad que los
argentinos. No defienden la industria nacional, el capital nacional;
trabajan permanentemente con el capital financiero, y este no es
productivo, es especulativo.

"¿Cuál es la diferencia entre un capital nacional llevado a la capacidad
productiva de desarrollo del país, y un capital financiero? Que el segundo
busca únicamente la especulación, que sube y baja la Bolsa de acuerdo a la
sensibilidad especulativa y psicológica. ¿Dónde está el capital productivo
para el desarrollo de un país?

"Creo que son los conceptos entre el capital financiero y el productivo. Y
no solo es eso, sino también la distribución de ese capital, cómo se
realiza. Creo que hay discutir a fondo con el empresariado. Saber dónde se
ubica."

--¿Una salida autóctona para América Latina tiene que pasar necesariamente
por la posición de los empresarios?

--Vengo de la reunión de resistencia contra el ALCA en Quito, Ecuador.
Participé del encuentro de parlamentarios y de las organizaciones sociales
populares, pero habían otros dos. Por un lado se reunían los empresarios
latinoamericanos para tratar todos el mismo problema el ALCA, y por otro,
los ministros de Comercio.

"Eran cuatro reuniones paralelas en compartimentos estancos. ¿Qué nos dice
esto? Que hay una fractura del pensamiento. Todos eran latinoamericanos y
todos con distintas visiones. Los ministros apoyando la constitución del
ALCA con un sometimiento total y absoluto a la directiva de EE.UU. y el
FMI; los parlamentarios con una sensibilidad, pero alejados de la reunión
del pueblo; los empresarios totalmente aislados, por suerte hubo
reacciones de estos, pero no fue por una conciencia nacional, sino
especulativa: se oponían a los subsidios agrícolas de 190 000 millones de
dólares de EE.UU. a sus productores; no estaban pensando desde una
política de integración continental.

"Esto tiene que ver con lo cultural. Es clara la diferencia: cómo puede
ser que los latinoamericanos se reúnan en compartimentos estancos."

--Mucho se habla por estos días, que el ALCA se decide en Brasil; que si
Lula lo rechaza, está condenado a muerte.

--No lo creo. La esperanza para resistir al ALCA está en toda América
Latina, no en un país. Brasil solo no puede. Por muy grande que sea, se lo
van a devorar. Parar el ALCA será posible siempre y cuando nos podamos
unir; cuando marche el movimiento colectivo latinoamericano, pero hay que
generar nuevas formas en el hacer político.

"Lula necesita que lo ayuden. Debemos ayudar para ayudarnos. Esto es
recíproco. No podemos pensar que el problema del ALCA se resolverá ‘si
Lula sube’ y se opone. Una cosa es lo que se quiere, y otra es lo que se
puede.

"Te decía que a Lula le dejaron el campo minado. La pregunta es, ¿cómo
vamos a ayudar a sacar las minas y construir nuevos caminos, pero juntos?"

--¿Y cómo ayudar a Lula y a Brasil?

--A través de la unidad, de generar otras instancias sociales, políticas,
culturales. De cómo vamos enfrentar las relaciones económicas con el resto
de los gobiernos sometidos, serviles y que han traicionado a nuestros
pueblos.

--¿Están muy lejos las alternativas autóctonas?

--El único país que tiene un proyecto para América Latina es EE.UU., y no
es a favor de nuestros pueblos. Al ALCA hay que rechazarlo porque no
podemos ir a negociar con EE.UU. en inferioridad de condiciones y con una
situación de debilidad total y absoluta. Es imposible si no fortalecemos
primero los acuerdos regionales y las políticas comunes.

"Estados Unidos sabe perfectamente qué es lo que quiere de nosotros, pero
los latinoamericanos todavía no sabemos qué queremos para nuestros países,
hacia dónde vamos, qué es lo que queremos construir.

"Por eso no podemos hablar de una cuestión puramente económica, sino
también política y cultural. Hay un problema de repensar hacia donde va
América Latina. Este es el gran debate que nos debemos, tenemos que tener
una mirada hacia adentro. Siempre estamos hablando hacia fuera. Es como,
‘si el emperador estornuda, el resto se resfría’.

"¿Por qué no nos reunimos, más que para el ALCA, para discutir cuáles son
las alternativas? ¡Ah, no! Lo hacemos cuando nos ponen el dedo en la llaga
y comienza a dolernos, entonces reaccionamos."

--Cuando nos dan los palos...

--Aquí mismo en Cuba, a mediados de los años 80, se trató el problema de
la deuda externa, y ahora cómo estamos: más pagamos, más debemos y menos
tenemos. Estamos mucho peor que antes. Siempre tenemos tiempo para estar
peor.

"Los gobiernos latinoamericanos, con una conciencia y un pensamiento
fracturado, no tuvieron el coraje para tratar de conjunto algo que desde
aquellos años ya se venía planteando. Esto pone en evidencia que no es una
cuestión de números, sino de conceptos; del pensamiento.

"Esta gran fractura la han logrado a través de la imposición del
pensamiento único y no del pensamiento propio. Estamos pensando a ver qué
hacer cuando nos dan el palazo en la cabeza, entonces reaccionamos. Esto
tiene que ver con una conciencia cultural, educativa, con un pensamiento
propio de las alternativas que tenemos y los desafíos para la construcción
de nuevas sociedades, de lo cual depende el presente y el futuro de
nuestros pueblos cuando los gobernantes nos están hipotecando, aplican
políticas suicidas y se entregan al FMI."

--¿Cuál es la base de ese pensamiento único?

--Es todo el sistema de dominación: ‘es esto, no hay salida o es el
abismo’. La masificación cultural. Un general norteamericano dijo,
‘tenemos ganado el 50 por ciento de cualquier guerra’; le preguntaron
porqué, y respondió: ‘porque los hemos dominado culturalmente’.

"Ese es el pensamiento único. Más del 95 por ciento de las películas que
se ven son norteamericanas; ¿cuándo vemos cine latinoamericano?, ¿cuál es
la música?... Hay mucha gente que se dice de izquierda, van a las
movilizaciones, y después almuerzan en un McDonald y toman Coca Cola.

"El pensamiento propio, en cambio, es el fortalecimiento de las
identidades, la conciencia crítica, la responsabilidad de los caminos que
tenemos que tomar. Es la memoria. Y la memoria no es para quedarnos en el
pasado; la memoria nos tiene que iluminar el presente."

(Tomado de www.eleconomista.cubaweb.cu)