Reunión de Ministros del Area de Libre Comercio de las Américas en Miami:

Plan de las Medidas que se tomarán en Oposición al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA)

2003-04-07 00:00:00

Febrero 27, 2003

Hollywood, Fla.

Hace nueve años se estableció el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN) que vinculaba las
economías de Estados Unidos, Canadá y México. El TLCAN
eliminó las barreras comerciales entre los tres países
norteamericanos e impuso un nuevo régimen de intercambio
comercial, inversiones e inmigración-- alterando así, en
forma permanente, la flexibilidad de los gobiernos
estatales, federales y locales de la región para regular
la economía. Así mismo con esas medidas, el equilibrio
de poderes favoreció a las corporaciones transnacionales
y perjudicó a las familias trabajadoras, a las
comunidades, y a los productores nacionales.

Los resultados eran previsibles y fueron devastadores
para los tres países: salarios estancados o en descenso;
pobreza irremediable, creciente desigualdad, y erosión de
los buenos puestos de trabajo. Las violaciones de los
derechos humanos de los y las trabajadores y
trabajadoras, incluyendo el derecho a organizarse y
negociar colectivamente, siguen su curso sin ser
afectadas por un tratado débil en sus aspectos laborales.
Los problemas del medio ambiente se han agudizado sin
mejora alguna por el aumento del intercambio y de la
inversión sin reglamentos factibles. Los pequeños
agricultores mejicanos han sido arruinados a causa de la
competencia de importaciones agrícolas subsidiadas.

En los Estados Unidos las mejoras prometidas por el
acceso a mercados mejicanos nunca se realizaron. En vez
de las enormes ventajas resultantes de la venta de
artículos fabricados en los Estados Unidos y
pronosticadas por los defensores del TLCAN – las
importaciones provenientes del Canadá y de Méjico han
aumentado más que nuestras exportaciones a esos dos
países. El resultado es un déficit comercial de los
Estados Unidos que ha aumentado y continúa aumentando--
el déficit respecto a Méjico y a Canadá es 10 veces
mayor; pasando de 9 mil millones de dólares en 1993 (el
año anterior a la vigencia del TLCAN) a $87 mil millones
en el año 2002. Cientos de miles de puestos de trabajo
bien remunerados en las industrias de los Estados Unidos
se han perdido como consecuencia de la fallida política
comercial.

Lo asombroso es que, no obstante estos antecedentes tan
pesimistas, el gobierno de Estados Unidos persiste en
negociaciones conducentes a la Area de Libre Comercio de
Las Américas (ALCA), que ampliaría el fallido modelo del
TLCAN al resto del Hemisferio Occidental (incluyendo los
34 países de América Latina, el Caribe, y Norteamérica
con excepción de Cuba.) Las negociaciones de este Tratado
(ALCA) han estado en marcha desde hace varios años, y se
proyecta terminarlas en el 2005, año en que el tratado se
sometería al voto de cada país participante. El Congreso
de los Estados Unidos votaría basándose en los
reglamentos de la Vía Rápida, lo cual significa que no
habría oportunidad de enmendar el tratado sino de votar a
favor o en contra del mismo.

Según lo dicho en nuestra anterior resolución sobre
política relacionada con el ALCA (febrero 2001), "Si las
negociaciones prosiguen el curso actual, el acuerdo
resultante socavaría los derechos de los trabajadores y
las protecciones del medio ambiente; empeoraría la
desigualdad en este hemisferio y restringiría la facultad
de los gobiernos en materia de reglamentación de un
Tratado elaborado en estos términos". Los sucesos
recientes en las negociaciones del sector servicios,
tanto en el Tratado General de Comercio de Servicios
(GATS), como en los acuerdos bilaterales de comercio
libre, son también gran motivo de inquietud.

Apoyamos un proceso hemisférico de integración económica
que incluya responsabilidades y no sólo derechos para las
compañías; que proteja los derechos de los trabajadores y
el medio ambiente; que provea protecciones que se cumplan
efectivamente contra las oleadas desestabilizadoras de
importaciones, y que promueva un desarrollo sostenible,
equitativo y democrático. Aunque los ministros aún
tienen la oportunidad de modificar el curso de las
negociaciones respondiendo a las inquietudes de los
trabajadores del hemisferio y de la sociedad civil, no
hay evidencia alguna hasta la fecha de que un cambio de
esa clase se haya siquiera considerado.

El 20 y el 21 de noviembre del presente año, los
ministros de comercio del hemisferio se reunirán en Miami
con el propósito de abordar la etapa final de las
negociaciones del ALCA. Esta reunión ministerial ofrece
una oportunidad crítica a los defensores de la justicia
global en todo el hemisferio para expresar unidamente su
oposición al presente y fallido modelo de intercambio
comercial. Ha llegado la hora de que el movimiento
sindical americano ponga en marcha una campaña de
educación de mayor alcance, desde las bases, aquí en los
Estados Unidos, para construir una mayor conciencia
popular sobre el Tratado y para educar a nuestros
dirigentes políticos elegidos, y a los candidatos, como
preparación para las elecciones del 2004. Nuestras
medidas actuales determinarán el futuro del Tratado y,
por ende, el curso del desarrollo económico de la región
en los años venideros.

La oposición popular al Tratado está aumentando en
nuestro Hemisferio. La Alianza Social Continental--
formada por una coalición de organizaciones sindicales,
del medio ambiente, de desarrollo económico, de
congregaciones religiosas, grupos indígenas, mujeres, y
familias de entidades agrícolas-- está preparando una
campaña de consulta popular en todo el hemisferio.
Millones de personas están rechazando el actual Tratado-
ALCA. En el Brasil, 10 millones de votantes manifestaron,
en forma abrumadora, su oposición al Tratado en un
plebiscito efectuado el año pasado. Se espera además que
1.8 millones de mejicanos presentarán papeletas de
votación en contra del Tratado este próximo marzo. ORIT,
la organización regional de sindicatos, que representa a
más de 40 millones de trabajadores del Hemisferio
Occidental, ha rechazado inequivocamente este Tratado que
sigue el modelo del TLCAN. Pero en última instancia el
congreso de los Estados Unidos tendrá un papel clave en
determinar si este Tratado defectuoso se impondrá a un
hemisferio no dispuesto a aceptarlo.

La conferencia ministerial de Miami y las elecciones del
2004 ofrecen importantes oportunidades para derrotar el
defectuoso tratado del ALCA. Para aprovechar al máximo
dichas oportunidades, estamos lanzando una campaña de
orientación a nuestros afiliados, de los representantes
políticos que hemos elegido, y del público en general,
haciendo referencia a los riesgos que presenta el modelo
del Tratado, y nuestras propuestas relacionadas con una
alternativa equitativa. Seguiremos vigilando además las
negociaciones correspondientes al Tratado de Libre
Comercio de Centro
América (CAFTA), y otros arreglos bilaterales para estar
seguros de que se preste atención a nuestras inquietudes
y se ejerza presión a nuestros representantes políticos.

En el curso de este otoño, la AFL-CIO, junto con nuestros
aliados, estarán atentos a que nuestros ministros de
comercio escuchen en Miami las voces de oposición popular
al fracasado modelo de libre comercio; y exigiremos que
se adelante la realización de nuestro programa en pro del
desarrollo social, económico y político de Las Américas.
Este es un mensaje que se llevará ante el público y ante
nuestros representantes durante y después de la reunión
de Miami, y en el se exigirá que el Tratado y otros temas
de comercio se sometan a debate en las elecciones del
2004.

Con el propósito de fortalecernos en el camino hacia el
triunfo con el Tratado en Miami, y en lo sucesivo, la
AFL-CIO y sus organizaciones afiliadas se proponen hacer
lo siguiente respecto a la campaña referente al FTAA:

- Elaborar y distribuir materiales informativos sobre
el Tratado y coordinar, junto con nuestros aliados,
las diferentes modalidades de educación de nuestros
afiliados para lanzar reuniones en recintos
municipales, debates en diversas localidades, y
otros acontecimientos de la localidad.

- Pedir a los afiliados de nuestras organizaciones
sindicales en Estados Unidos que se unan a los
millones de trabajadores del hemisferio en la
expresión de su oposición al FTAA firmando cientos
de tarjetas postales (impresas y en la internet)
dirigidas a los ministros en Miami, y animando a
nuestros aliados para que participen en la campaña
postal;

- Colaborar con nuestros aliados globales, y con los
grupos de la comunidad de Miami, para poner de
relieve la solidaridad internacional y la oposición
al Tratado frente a la conferencia ministerial de
noviembre en Miami, demostrando la visión que
compartimos de una alternativa más justa;

- Concentrar el escrutinio del público en las grandes
sociedades comerciales que presionan a favor del
Tratado y divulgar sus ataques contra los
trabajadores, contra las protecciones del medio
ambiente y de los consumidores valiéndose de las
reglas del libre comercio, y

- Por medio de las estructuras de la AFL-CIO para
movilización en torno a determinados temas, y
utilizando los medios disponibles a nuestras
federaciones de estado y a los consejos sindicales
para obtener el amplio apoyo político necesario,
colaboraremos también con los dirigentes políticos
locales y estatales en todo lo que sea necesario
para obtener una alternativa al propuesto Tratado, y
para democratizar el debate sobre el intercambio
comercial que culminará en las elecciones del 2004.