Los movimientos sociales del mundo marcharon en contra de la OMC

2003-09-11 00:00:00

Cancún, 10-09-03.- Centenares de hombres y mujeres caminaron por las calles
del centro de Cancún, alzando su voz de protesta en contra
de la Quinta Cumbre de la Organización Mundial de Comercio,
que se celebraba al mismo tiempo en el Centro de
Convenciones de esta ciudad caribeña.

"Duro, duro, duro... queremos entrar", se escuchaba al inicio
de la exclusiva zona hotelera que había sido cercada
completamente por una enorme valla metálica de,
aproximadamente, tres metros de alto. Decenas de guardias,
pertenecientes a la Policía Federal mexicana, resguardaban
el lugar detrás de la muralla, uniformados con gruesos
cascos negros y grandes escudos. A sus espaldas, enormes
tanques grises parecían también custodiar a la zona.
Banderas de México, Venezuela, Corea, Cuba... y de distintas
organizaciones sociales del país anfitrión y del mundo
flameaban bajo un hirviente sol, cuando el reloj pasaba las
doce del mediodía. Otro de los estandartes que se mostró en
todo lo alto fue la bandera del arco-iris, conocida en todo
el mundo como el símbolo del orgullo gay.

Las organizaciones participantes estaban lideradas por Vía
Campesina de México, cuyos miembros también se habían
puesto de acuerdo en estar uniformados, pero con el color
de la naturaleza y de la esperanza: verde. Ecuador estuvo
presente a través de varios delegados, entre ellos Irene
León de la Comisión Organizadora del Foro Social de las
Américas a realizarse en Quito, en marzo de 2004.

Luego de, aproximadamente unos 45 minutos de caminata por
la avenida Tulum, entre cantos, sonidos de tambores,
gritos, brazos en alto y decenas de cámaras y filmadoras,
los marchantes llegaron al punto de entrada de la zona
hotelera: una rotonda que alberga una refrescante pileta y
que dirige hacia el sector de las Perlas por un lado o
hacia Puerto Juárez por el otro costado. Este fue el punto
máximo de alcance de todos y todas que luchan por sus
derechos. A pesar de los esfuerzos físicos de quienes se
encontraban en la cabeza de la caminata, no fue posible
derribar totalmente a la gigantesca valla. Solo se derrotó
a una parte de esta, precisamente donde, enseguida, se
concentraron más guardias federales.

Pocos minutos después, el campesino coreano Kang Ki Kab de
50 años de edad y padre de familia decidió clavarse un
puñal en la parte superior del pecho. De inmediato fue
trasladado al Hospital de Cancún. Hasta la tarde del 10 de
septiembre solo se pudo saber que su estado de salud era
crítico. Tuvo un paro respiratorio y problemas en el
pulmón. En la tarde falleció. Alberto Gómez, de la UNORCA,
afirmó más tarde ante la multitud, que este "hermano" de
Corea decidió ofrecer su vida en un gesto simbólico ante el
"asesinato" que comete la OMC con los campesinos del mundo.
Otro líder, Paul Nickolson recibió, en cambio, un golpe que
también lo llevó a un hospital.

"Mantengan la serenidad compañeros. Este es un triunfo del
pueblo. Organicemos la lucha. Somos pacifistas. No queremos
más violencia", se escuchaba en todo el rededor. Muchos
hombres y mujeres participantes resistieron por momento los
gases lacrimógenos que lanzó la Policía. Nada pudo impedir
que el mundo entero, a través de los medios de comunicación
locales e internacionales presentes, supiera la posición
que tienen los movimientos sociales frente a la OMC. "La
agricultura no es comercial. La agricultura es la madre del
mundo".

Sin duda, uno de los grupos que causó mayor emoción fue el
conformado por los miembros de Corea que estuvieron a pocos
pasos de la valla que cayó al suelo, a escasos metros de
los uniformados que no cesaron de conformar otra muralla
infranqueable. Un líder del "Movimiento del Campo no
Aguanta Más", se dirigió a los presentes afirmando que "los
campesinos de los cuatro puntos del planeta defendemos
nuestro derecho de ser campesinos. Vivimos con la amenaza
de desaparecer". Puso de ejemplo a los campesinos de Europa
que han visto disminuir sus ingresos a pesar de exportar
más. Otros, que han visto disminuir sus precios, son los
campesinos de Asia, Africa y Oceanía, acotó. "Somos
sobrevivientes que nos negamos a desaparecer. La OMC quiere
que la semilla, origen de todo, sea una marca registrada".

Por parte de los Pequeños Productores de Estados Unidos,
habló George Taylor. Dijo que el presidente de USA debe
saber que la seguridad alimentaria es una regla de oro. "La
soberanía alimentaria tiene más sentido común". Uno de los
líderes coreanos afirmó por su lado que la OMC quiere
destruir a la humanidad. Que el problema más serio es que
esta aumenta los problemas económicos de los campesinos de
su país. El Congreso Nacional Indígena también se expresó
durante este encuentro que duró más de tres horas. Su
vocero, Rogelio Mercado Damian, enfatizó en la necesidad de
defender el planeta "como lo hicieron nuestros abuelos y
nuestros padres". Aseveró de igual manera que la intención
de los neoliberales es apropiarse de la riqueza de los
campesinos. Trajo a colación los pronunciamientos del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que tuvo
a sus representantes en la marcha, diciendo que hay que
sembrar sus ideas en los cuatro puntos cardinales de
México.

Antes de concluir la jornada se repartió maíz entre los
asistentes, convocándolos a que continúen con sus mesas de
trabajo en la Casa de la Cultura de Cancún.

* Pedro Artieda, Diálogo Sur-Sur GLBT