.Hambre, problema numero 1
A medida que aumentan las desigualdades sociales, se aplican las políticas
neoliberales, se desatiende al campo y se atenta contra la naturaleza, el hambre se
convierte en uno los principales problemas de la humanidad.
En el mundo hay 800 millones de personas que sufren hambre y en América Latina
son 59 millones las que se acuestan a dormir con el estómago vacío.
El hambre afecta principalmente a Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y República Dominicana, países que se
encuentran entre los 88 del mundo con escasez de alimentos.
Estos datos, fueron dados a conocer al celebrarse, el 16 de octubre, los 50 años de la
creación de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO). Con este motivo, se reunieron en Quebec, Canadá, los
ministros de agricultura de 140 países y otro evento efectuaron unos 1000
representantes de organizaciones no gubernamentales. Estas reuniones forman parte
de los preparativos para la Cumbre Mundial sobre Alimentación que se realizará en
Roma, en noviembre de 1996.
Según el director regional de la FAO para América Latina, Severino de Melo Araujo,
una persona necesita ingerir al día un mínimo de 2000 calorías, y quien consume por
debajo de esa cantidad sufre hambre y desnutrición.
Africa está peor que América Latina, pues cuarenta de los 88 países africanos tienen
déficit de alimentos o no tienen dinero para comprarlos.
Los problemas ecológicos están afectando a la seguridad alimentaria. Entre ellos, se
puede mencionar: el crecimiento de los desiertos, la contaminación, el despilfarro y
la pesca depredadora.
A ello se debe sumar, la baja de las inversiones en el campo, la caída de los
productos agrícolas, la concentración de tierra ociosas en pocas manos y las
políticas neoliberales que desestimulan la producción agrícola.
Hambrientos vs. sobrealimentados
En mayor o menor medida, el hambre está presente en todos los países pobres, pero
lo preocupante es que los países ricos se vean afectados por el problema contrario:
la sobrealimentación, la gordura y el sobrepeso de sus habitantes.
Es que el mundo, con la globalización y apertura de mercados, se ha vuelto más
desigual e injusto. Según la revista Forbes, los 358 mayores multimillonarios del
mundo poseen una fortuna que equivale al ingreso de 2350 millones de personas, que
equivale a casi la mitad de la población mundial.
Incluso el propio Banco Mundial reconoce que la brecha entre ricos y pobres es cada
vez más grande. Unos 1300 millones viven en la pobreza absoluta, con menos de un
dólar por día. Hace cinco años, esa cifra era de 1000 millones de personas.
El Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional tienen mucha
responsabilidad en el crecimiento de la pobreza, pues exigen la integración de los
países a la economía global y el pago de la deuda externa, que desangra a los países
pobres y les impide invertir en salud, educación, agricultura y servicios básicos.
"Nuestro desafío es, ni mas ni menos, que la supervivencia de la humanidad. Ricos y
pobres estarán en riesgo si fracasa el esfuerzo para asegurar alimentos para todos",
dijo Jacques Diouf, director general de la FAO.
La FAO aspira a que el tema del hambre y la seguridad alimentaria atraigan la
preocupación de todos los países, en tanto constituye un problema global.
A medida que aumentan las desigualdades sociales, se aplican las políticas
neoliberales, se desatiende al campo y se atenta contra la naturaleza, el hambre se
convierte en uno los principales problemas de la humanidad.
En el mundo hay 800 millones de personas que sufren hambre y en América Latina
son 59 millones las que se acuestan a dormir con el estómago vacío.
El hambre afecta principalmente a Bolivia, Colombia, Ecuador, El Salvador,
Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y República Dominicana, países que se
encuentran entre los 88 del mundo con escasez de alimentos.
Estos datos, fueron dados a conocer al celebrarse, el 16 de octubre, los 50 años de la
creación de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO). Con este motivo, se reunieron en Quebec, Canadá, los
ministros de agricultura de 140 países y otro evento efectuaron unos 1000
representantes de organizaciones no gubernamentales. Estas reuniones forman parte
de los preparativos para la Cumbre Mundial sobre Alimentación que se realizará en
Roma, en noviembre de 1996.
Según el director regional de la FAO para América Latina, Severino de Melo Araujo,
una persona necesita ingerir al día un mínimo de 2000 calorías, y quien consume por
debajo de esa cantidad sufre hambre y desnutrición.
Africa está peor que América Latina, pues cuarenta de los 88 países africanos tienen
déficit de alimentos o no tienen dinero para comprarlos.
Los problemas ecológicos están afectando a la seguridad alimentaria. Entre ellos, se
puede mencionar: el crecimiento de los desiertos, la contaminación, el despilfarro y
la pesca depredadora.
A ello se debe sumar, la baja de las inversiones en el campo, la caída de los
productos agrícolas, la concentración de tierra ociosas en pocas manos y las
políticas neoliberales que desestimulan la producción agrícola.
Hambrientos vs. sobrealimentados
En mayor o menor medida, el hambre está presente en todos los países pobres, pero
lo preocupante es que los países ricos se vean afectados por el problema contrario:
la sobrealimentación, la gordura y el sobrepeso de sus habitantes.
Es que el mundo, con la globalización y apertura de mercados, se ha vuelto más
desigual e injusto. Según la revista Forbes, los 358 mayores multimillonarios del
mundo poseen una fortuna que equivale al ingreso de 2350 millones de personas, que
equivale a casi la mitad de la población mundial.
Incluso el propio Banco Mundial reconoce que la brecha entre ricos y pobres es cada
vez más grande. Unos 1300 millones viven en la pobreza absoluta, con menos de un
dólar por día. Hace cinco años, esa cifra era de 1000 millones de personas.
El Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional tienen mucha
responsabilidad en el crecimiento de la pobreza, pues exigen la integración de los
países a la economía global y el pago de la deuda externa, que desangra a los países
pobres y les impide invertir en salud, educación, agricultura y servicios básicos.
"Nuestro desafío es, ni mas ni menos, que la supervivencia de la humanidad. Ricos y
pobres estarán en riesgo si fracasa el esfuerzo para asegurar alimentos para todos",
dijo Jacques Diouf, director general de la FAO.
La FAO aspira a que el tema del hambre y la seguridad alimentaria atraigan la
preocupación de todos los países, en tanto constituye un problema global.