Perú: La Reforma Agraria es un proceso permanente
Desde hace 25 años, los protagonistas en el mundo rural peruano son los hombres
que trabajan la tierra, tras la promulgación de la Ley de Reforma Agraria 17716 por
el General Juan Velasco Alvarado.
Este acontecimiento será celebrado a lo largo y ancho del país, a través de diversas
manifestaciones culturales y políticas a nivel de federaciones, ligas agrarias,
centrales de cooperativas y bases campesinas.
Se trata de la celebración de uno de los acontecimientos más importantes de la
historia republicana, consistentes en la liquidación de un sistema de explotación del
agro, en especial en la región andina, como eran las haciendas feudales donde los
terratenientes eran dueños no sólo de la tierra sino hasta de la vida de sus servidores.
Durante estos días, se cumplirán con asambleas campesinas, marchas,
conversatorios, izamientos de la bandera, actividades políticas y culturales, como
lasa que se darán en Huaraz, convocadas por la CNA y la Federación Agraria
Departamental de Ancash, para los días 22 y 24 de junio.
Además, de la liquidación del sistema feudal, se celebra el surgimiento de una nueva
forma de representación en el agro, en sustitución de las instituciones gamonales
como eran la Sociedad Nacional Agraria y la Asociación de Ganaderos del Perú. Se
trata de organizaciones que representan a los nuevos dueños del agro, como son los
beneficiarios de la Reforma Agraria organizados en la CNA.
Este acontecimiento político de la promulgación de la Ley de Reforma Agraria es
destacado por los historiadores y analistas políticos, como el mayor golpe a la
oligarquía peruana, que de alguna manera hoy se pretende revertir a través de
políticas neoliberales de apertura del mercado de tierras en el universo agrario
peruano.
Se pretende olvidar que en el Perú imperó un régimen de propiedad de la mayor
desigualdad en la tenencia de la tierra en relación a América Latina, toda vez que el
0.8% de propietarios detentaban el 80.6% de la superficie agraria del país, mientras
que el 95.7% de unidades agropecuarias representaban el 10.9% del área agrícola
(ver recuadro).
Semejante desnivel escandalizaba a organismos internacionales en la década del 60,
que llegaron al extremo de presionar al gobierno peruano para implementar la
reforma agraria, desoída por los gobernantes y principales movimientos políticos del
país.
Fue el General Juan Velasco Alvarado, quien, rompiendo esquemas opta por una
medida de justicia al campesinado, al promulgar la Ley 17716, que quiebra el
espinazo dorsal a la oligarquía nativa.
Hoy tenemos un universo de 1'800.000 unidades agropecuarias, con un promedio de
4 hectáreas cada una donde predomina la pequeña y mediana propiedad que a raíz de
la política neoliberal que implementa el gobierno de turno, pretende alterar
alentando el retorno hacia el pasado por la consigna: "Avancemos hacia el pasado"
(latifundista).
En este contexto, se hace imperativo redoblar esfuerzos en defensa de la tierra para
quien la trabaja, bajo la conducción directa del productor, como también luchar por
condiciones favorables de producción, a fin de garantizar ingresos básicos que
permitan alcanzar una vida digna para los hombres del campo.
Para la CNA, este es el reto primordial a cumplir, como una tarea fundamental que
compromete a la dirección nacional, como a todas sus bases del país, a fin de
asegurar la tenencia de tierras para los campesinos a partir de asegurar la rentabilidad
a la actividad agrícola o pecuaria en todo el ámbito del territorio peruano.
Este será la mejor demostración de consecuencia con el legado de Túpac Amaru,
José Carlos Mariategui y Juan Velasco Alvarado, resumida en el lema de que "el
patrón no comerá más de la pobreza campesina".
Confederación Nacional Agraria
RECUADRO
Luchamos por tierra y producción
Para el campesinado peruano organizado en la Confederación Nacional Agraria, la
lucha por la tierra conquistada antes, de la reforma agraria, es una tarea central y
permanente, acompañada de una preocupación por garantizar condiciones favorables
de producción.
En esta línea central del quehacer de la CNA, tiene como propósitos principales los
siguientes:
1. Luchar por una reforma agraria permanente, que garantice una rentabilidad
adecuada y por tanto bienestar para los agricultores y campesinos.
2. Asegurar condiciones de producción que garanticen una rentabilidad adecuada y
por tanto bienestar para los agricultores y campesinos.
3. Promover la participación organizada de los productores y campesinos en la
concentración de planes y programas de desarrollo agropecuario.
4. Impulsar el desarrollo agroindustrial en especial en las regiones de producción,
que aseguren el empleo permanente y valor agregado a la producción
agropecuaria.
5. Promover la investigación y transferencia de tecnología compatible con la
explotación adecuada de los recursos naturales
6. Concertar la participación de los hombres del campo en la vida política nacional
dentro del marco de una democracia que garantice condiciones de progreso a
todos los peruanos, y pleno respeto a los derechos humanos.