Libertad para pocos e injusticia para la mayoría de la población
Guatemala: 185 años de la independencia
El 15 de septiembre de 1821 se declaró formalmente la Independencia de Guatemala de España, pero en realidad la libertad fue para pocas familias y la mayoría de los habitantes permanecieron sometidos en la explotación y exclusión histórica por parte de los criollos, condenando al pueblo indígena y campesino a vivir en pobreza y extrema pobreza. La exclusión, la explotación, la discriminación, la imposición de políticas capitalistas, la distribución desigual de la tierra, los salarios de hambre que se pagan en las fincas de café, hule, caña, ganadería y cardamomo, siguen siendo una muestra del irrespeto a los derechos humanos, con el agravante de la negativa de los finqueros de otorgar prestaciones laborales.
Los gobiernos de empresarios y terratenientes, descendientes de familias extranjeras que han gobernado 185 años y han tomado al país como una finca, festejan éste 15 de septiembre su libertad plena, mientras que la población indígena, campesina y obrera continúa siendo dependiente del control económico y político que ellos manejan a su gusto y antojo. Las políticas implementadas después de la revolución del “44-54” han sido para defender grandes intereses económicos y el capitalismo convertido en el Tratado de Libre Comercio, Plan Puebla Panamá y la privatización de los servicios del Estado. Asimismo el sector económico dominante es el beneficiado durante los últimos 50 años, puesto que la guerra interna, que duró más de 36 años, afectó directamente al pueblo Indígena que constituye más del 68% de la población, que históricamente ha sufrido y continúa viviendo en la miseria. Y con la firma de los Acuerdos de Paz se legitima las políticas de imposiciones neoliberales, dejando a un lado la implementación de cambios profundos para el desarrollo sostenible integral a favor de la población mayoritaria.
En cuanto a la problemática de la tierra, se han implementado desalojos violentos con políticas de TIERRA ARRASADA (matanzas crueles como las ejecutadas durante la guerra interna), haciendo valer el interés de aquellos que defienden la propiedad privada excluyente y racista, e incumpliéndose los intereses sociales. Entonces, ¿qué podemos Celebrar?
En este contexto de “fiestas patrias”, hay que recordar que muchos niños y niñas no estudian y es incongruente obligar a los estudiantes marchar en las calles junto a elementos del ejército que fueron los principales genocidas en la historia reciente. Asimismo, demandamos a dirigentes indígenas y campesinos, no dejarse cooptar por el gobierno para defender este sistema económico excluyente.
Expresamos nuestro rechazo a las políticas neoliberales de explotación minera; Que se respete el derecho integral de nuestros territorios, la vida, la dignidad de los pueblos y el respeto y aplicación del Convenio 169 y otros tratados internacionales; No nos dejemos engañar por estas falsas y supuestas fiestas de independencia patria, las que ciegamente siguen enseñándose en las escuelas.
Amar la patria es amar y cuidar nuestra madre naturaleza, porque de ella vivimos; amar la patria es practicar la justicia social y principalmente la solidaridad.
Guatemala 14 de septiembre del 2006.