Colombia en la Cumbre de Laeken

2001-12-19 00:00:00

14 de Diciembre, Otro mundo es posible

En mi país, Colombia, cada día 20 personas son asesinadas por
defender sus ideas, por tratar de construir un país vivible, por
defender su cultura. Son dirigentes populares, sindicalistas,
defensores de los derechos humanos, estudiantes, son indígenas, son
los innumerables campesinos y campesinas que se niegan a abandonar
sus tierras.

Cada año, los grupos paramilitares y sus aliados militares realizan
centenares de masacres de gente inocentes para imponer, por medio del
terror el saqueo sistemático de las riquezas naturales. Cada dia, 2
personas son víctimas de desaparición forzada, forma refinada del
terrorismo de estado; cada día, más de 1000 personas son despojadas
de sus tierras, de sus casas, para saciar el apetito de los
inversionistas nacionales y extranjeros, para dar paso, a punta de
fusil y de tortura a la mundialización.

Esto es parte del tenebroso balance de Colombia, que vive hoy una de
las páginas más oscuras que conocen los pueblos de América latina,
del Caribe, del Africa, del Medio oriente, como hoy Palestina, y
tantos otros cuya voluntad de construir un futuro digno, un
desarrollo propio, y de dedicar en prioridad sus recursos para
resolver los problemas urgentes de sus pueblos y no quienes
concentran ya la casi totalidad de las riquezas del planeta.

Como si esto fuera poco, ahora desde Estados Unidos y con complicidad
de nuestro gobierno corrupto y arrodillado nos quieren imponer el
Plan Colombia, presentado como un Plan para la paz, un plan para
resolver el problema de las drogas, y que consiste en un nuevo paso
de la intervención militar de Estados Unidos en nuestro país. Es un
plan militar, que ataca a comunidades campesinas e indígenas, y
destruye el tejido social, mientras deja indemne a las organizaciones
de narcotraficantes.

Este Plan ha servido de ejemplo para ampliarlo a toda la región
andina, llamándolo "Iniciativa Andina", y para extenderlo al Norte, a
toda Centroamérica, mediante el Plan Puebla-Panamá.

Ante la presión de la opinión pública, los dirigentes de la Unión
Europea han declarado rechazar el Plan Colombia y apoyar la paz y los
derechos humanos en Colombia. Pero sus actos concretos expresan lo
contrario: La Unión europea conoce la evidente coordinación total
entre militares y paramilitares. Pretende apoyar la paz, pero aporta
un apoyo incondicional, al Gobierno colombiano y rechaza aunque sea
otorgar visas a los negociadores de la guerrilla, dando así crédito a
la lista antiterrorista dictada de manera unilateral por los Estados
Unidos. Pretende rechazar el Plan Colombia, pero deja indefensa a la
población, al movimiento social, y entrega generosos apoyos
económicos al Gobierno de Colombia por el canal del mismo fondo
creado por el Gobierno de Colombia para administrar el Plan Colombia.

Los diversos planes, Plan Colombia, Iniciativa andina, Plan Puebla
Panamá, son la aplicación mediante la militarización, de las
políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco
Mundial, que fomentan la pobreza, el desempleo, la marginación en el
interior de los países del continente. Son también la punta de lanza
del nuevo proyecto hegemonista de Estados Unidos en la región: la
creación de una zona de libre intercambio de toda América, el ALCA
(ZLEA en Francés) que es en realidad un plan para la anexión, por la
vía comercial, de América latina por parte de América del Norte, y
una nueva tentativa de aislar totalmente a Cuba... Es la creación de
un gran mercado libre de Alaska hasta la Patagonia donde las empresas
norteamericanas arrasaran sin limite alguno, las economías nacionales
de América latina, donde sus trasnacionales actúan por encima de los
gobiernos nacionales, gracias a la liberalización de los mercados de
bienes, los servicios, la patentización de todo, incluyendo la vida,
y la protección por encima de todos, de los derechos de los
inversionistas.

Esto es la agudización de lo que conocemos hoy, que es el desempleo,
las zonas francas y sus maquiladora superexplotadoras, el desmonte de
los derechos esenciales, laborales, ambientales, de salud, seguridad
social, de genero y de sindicalización. Mas grave aun, para la
agricultura campesina arruinada mediante la invasión masiva de
alimentos importados, altamente subsidiados, la imposición de
semillas genéticamente modificadas que nos desplazan de la producción
alimentaria para favorecer a las corporaciones trasnacionales
perdiendo de esta manera la soberanía alimentaria nacional.

Hoy los pueblos de la América, india, mestiza, afroamericana decimos
no a estas políticas, decimos NO al ALCA, NO AL PLAN COLOMBIA,
decimos NO a la anexión de nuestro continente por Estados Unidos, por
medio del ALCA, o por recolonización por las empresas europeas que se
apropian de la electricidad, las comunicaciones, el agua, la tierra,
los recursos naturales.

Grandes movimientos de resistencia se tejen desde Alaska a la
Patagonia, a menudo en condición de represión extrema, como en
Colombia, a menudo a costa del aislamiento, como en Cuba y en
Venezuela, por la defensa de los derechos esenciales, del medio
ambiente, de la autodeterminación, la autodeterminación, de una vida
digna para el mayor número de gente posible.

Estos movimientos, estamos en alianza con quienes en Africa, en Asia,
en Estados Unidos piensan que el mundo está a la venta. Con quienes
en Europa, a diferencia de sus dirigentes y sus transnacionales, ven
a América latina como algo más que un gran mercado por conquistar,
dejando eventualmente que Estados Unidos haga la parte militar. Con
quienes creen en que procesos radicales de reforma agraria integral
permitirán a la población rural acceso a la tierra, el agua, los
bosques como base esencial para combatir la pobreza. Con quienes
creen que la mercantilización del mundo no es irreversible y que al
contrario, otro mundo es posible.

GLOBALICEMOS LA LUCHA, GLOBALICEMOS LA ESPERANZA

* Intervención de Belén Torres, representante de la organización
campesina colombiana ANUC UR, en el Foro político de Ongs y
movimientos sociales, durante las manifestaciones del 14 de
diciembre en el marco de la Cumbre de la Unión Europea en Bruselas.