Destrucción de las semillas germinadas, regadas con sangre y sudor del Pueblo Nasa
El 28 de mayo, la carretera se notaba sola, un ambiente extraño y con la ausencia del sonido de los buses que transitan de Santander de Quilichao a Caloto, al corregimiento el Palo, a Corinto, a Miranda y a Cali. El pesado ambiente hacía notar que algo malo ocurría en este trayecto.
Al trascurrir 5 minutos antes de llegar a Caloto alcanzamos varios camiones repletos de ESMAD bien dotados con sus cascarones y artefactos para confrontar. Llegamos a Caloto y en la salida nos topamos con un retén de la policía en el mismo lugar donde el ejército tiene su base militar. Había un buen personal, motos y carros estancados por el retén. 30 minutos antes había una alerta de la comunidad de Huellas Caloto, donde advertían que había un posible ataque del ESMAD contra la comunidad liberadora de la madre tierra, en la hacienda la Emperatriz, era la razón del retén militar.
Intentamos pasar por los lados de los carros y motos de la policía –nos dan señal del pare, “alto no pueden pasar, si las motos están cruzadas es porque no hay paso, ¿por qué? –Porque la policía está haciendo un operativo militar, ¿cuánto se demora en destaparla? –media hora” nos respondieron. Nos devolvimos, nos fuimos por una vía alterna, imaginando lo que estaba pasando con nuestro pueblo Nasa, porque cuando el rico ordena, gente esclava reciben órdenes, las fuerzas militares también son pobres, son capases de matar y de herir al pueblo que lucha por sus derechos incumplidos.
La carretera alterna nos condujo al punto La Selvita sobre la vía principal, se escuchaba un estruendoso ruido como si fueran abejorros gigantes, y cientos de efectivos del ESMAD sobre la carretera fuertemente armados, con sus truflay lanza gases y tanquetas. Estaban custodiando a los tractores del “desarrollo”, se les notaba el odio, el rencor y la indiferencia. El ESMAD estaba protegido por la policía con sus motos, camionetas y bien dotados de fusiles, metrallas y pistolas; patético mensaje de paz que pregona el gobierno para los Nasa del norte del Cauca, es la paz del terror, la injusticia y del incumplimiento.
El zumbido estruendoso resultó ser de los tractores, según un joven que estuvo pendiente del aterrador hecho concurrido, logró contar el número de la maquinaría que estaban en los predios: 25 tractores, 13 camiones, 4 tanquetas y un helicóptero que sobrevoló la zona permanentemente. Una mujer nasa, kiwe thegna (cuidadores de la tierra), calculó que llegaron aproximadamente 1500 Esmad que cubrían la finca La Emperatriz, mientras los 25 tractores mataban las semillas gemidas, regadas con sangre y sudor de mujeres, hombres, niños y mayores nasas. Dos días antes, la comunidad veían crecer sus semillas con alegría y esperanzas, que reemplazaban la verde contaminación de 10 hectáreas de monocultivo de caña.
Los grandes dientes de los tractores mataban el maíz, la yuca, el zapallo y los colinos de plátanos. Por consiguiente el Esmad dotados de indiferencia y entrañados contra el pueblo nasa, generaban terror lanzando sus bombas lacrimógenas, apuntaban con su truflay e intimidaban con sus bombas aturdidoras. Cinco horas después de tanta destrucción, la comunidad retornó a la finca, sorprendidos de ver destrozadas sus maticas de maíz, plátano y yuca, que agonizaban con el intenso calor del día.
Las chozas elaboradas con guaduas y hoja de caña fueron picadas con motosierras, aparato de filosos dientes protagonista de masacres de 46 campesinos, indígenas y afros en El Naya en el año 2001 y actor de muchas desmembraciones humana de las 3000 ejecuciones extrajudiciales entre el año 2001 y el 2010, cifras aterradoras en la historia colombiana. Algunas chozas aun ardían en llamas y otras solo cenizas quedaban.
Eran las dos de la tarde, la comunidad reunida bajo el higuerón, protegiéndose del ardiente sol, uno de ellos con sangre en el hombro izquierdo herido con artefactos del Esmad; pero muy tranquilo. La gente se lamentaban de lo ocurrido y se daban fuerza para continuar la lucha –hay que seguir sembrando y no hay que cansarnos; dañaron nuestras matas pero no cortaron nuestras manos. Y a pesar del cansancio y de la dura arremetía, los curiosos no dejaban de hacer bromas y con risa contagiaban al resto de gente.
En entrevista con el Tejido de Comunicación una mujer guardia contó que: “la gente en el momento de la arremetida estaba muy calmada y se retiraron para no confrontar. –el ejército y la policía andaban hablando por los megáfonos que los indios se iban tomar a Caloto, que cerraran las puertas, y eso no es así, nosotros no necesitamos hacer eso, lo único que necesitamos es las tierras.”
Mientras este grupo de personas descansaban, un grupo aproximado de 17 jóvenes armados de valentía, con sus caucheras, piedras, palos y hondas le hacían frente al ESMAD que dentro de su tanqueta –decían- corran perros, corran hp, cabecillas, y pass pass pass con las bombas lacrimógenas. El humo picante se esparcía por el aire, mientras tanto, jóvenes huían de la tanqueta sobre el campo donde dieron muerte a las semillas germinadas del pueblo nasa. Llegó las 3 y30 de la tarde una mujer cabildante –dice- vámonos muchachos, no vaya ser que nos jodan otra vez; y todo mundo con sus escudos improvisados al hombro abordaron camino, dejando atrás el campo herido por los aparatos del estado.
La lucha que se presenta en el norte del Cauca es desigual, puesto que el gobierno tiene un aparato militar consolidado parar arremeter contra el pueblo nasa y contra todos los que estén en contra del capitalismo. Es así que, el día viernes 22 y el jueves 28 de mayo, desde el ministerio de defensa Juan Carlos Pinzón coordinado con presidente Juan Manuel Santos, ordenaron desalojar a las comunidades concentradas en las haciendas en Corinto y en la finca la Emperatriz donde se encuentra la comunidad de Huellas Caloto.
Esta sucia y desigual lucha contra el pueblo nasa, solo en Corinto se le suman a 92 heridos 10 de ellos con graves mutilaciones. De la misma forma, se lamenta el asesinato de Siberton Pavi Ramos de la comunidad de López Adentro asesinado el 10 de abril por una bala del ESMAD, que hasta el momento no avanza ningún proceso jurídico contra su muerte. Paradójico a lo anterior y como es injusta la justicia, en cuestiones de horas hace efectiva la detención, judicialización y condena a 16 años de cárcel al comunero Alexander Mandez del resguardo nasa de Huellas Caloto, detenido en el hospital Universitario del Valle mientras afrontaba el duro trauma de la pérdida de su mano.
De esta forma está demostrado que la paz pregonada por el gobierno no es más que un cuento a favor del capitalismo, que lo único que ha logrado en las comunidades del pueblo nasa es confundirnos y dañar conciencias. La demostración de paz del gobierno es, represión, impunidad y muerte contra un pueblo que resiste desde hace ya 520 años, un pueblo que lucha por el buen vivir, cultivando comida, sueños y esperanzas con nuestra madre tierra.
Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN)