República Dominicana. Hacia la verdad histórica

2002-06-13 00:00:00

Una nueva generación de mandos militares encabeza la Secretaría de las
Fuerzas Armadas. Esa institución organizó la pasada semana un seminario
para que un grupo de invitados pudiera exponer pormenores del conflicto
armado que vivió República Dominicana en 1965. Valiente y loable esfuerzo
que dice mucho sobre la actitud de estos jóvenes oficiales ante la
historia. Ha sido un primer e importante paso para que se pueda
incorporar de manera objetiva ese episodio popular a las páginas de la
memoria dominicana. Como intento primario el seminario superó las
expectativas porque reunió informaciones y opiniones escritas que por
mucho tiempo estuvieron dispersas. Como era de esperar, el sector que
defendió desde entonces la Constitución de la República demostró su
acostumbrada disposición para hablar y presentar los documentos
demostrativos de su verdad. Ahora, por primera vez en público, unos pocos
de los militares que se opusieron a restaurar la Constitución, expusieron
públicamente sus opiniones. Ese fue un gran progreso logrado por el
evento. No obstante, el recuento histórico no estará completo hasta que
el gobierno de Estados Unidos, se decida a participar públicamente en los
debates del futuro. De no haber invadido sus tropas a la República
Dominicana, la crisis hubiera sido resuelta en horas entre dominicanos
para la mejor conveniencia de los dominicanos. Además, no puede ignorarse
que las raíces de las desigualdades políticas y sociales están en la
primera ocupación militar estadounidense, de 1916 a 1924.

En aquel entonces, el poder imperial anuló el Estado dominicano y forjó
una estructura militar a su conveniencia. De ahí surge el Ejército
Nacional, con el general Rafael Trujillo a la cabeza, institución que
desempeñaría a partir de entonces el papel de fuerza de ocupación, con la
única diferencia de que estaría formada por ciudadanos dominicanos.
Treinta y un años de tiranía militar trujillista fueron en gran medida
responsabilidad de los gobernantes norteamericanos que apoyaron al
régimen a pesar del repudio nacional e internacional. Los Departamentos
de Estado y de "Defensa" del gobierno de Estados Unidos tienen que
participar en las discusiones sobre los acontecimientos de 1965 porque
ellos invadieron el país, por segunda vez en el siglo veinte, para evitar
que el pueblo dominicano se rigiera por sus propios intereses. Además,
durante esa centuria los norteamericanos fueron el motor y el freno, la
causa y el efecto de cuanto ha ocurrido en este país. La participación de
todos los sectores es una condición que, mientras no sea cumplida, no nos
permitirá completar sin pasiones el rompecabezas interpretativo de ese
episodio. Asimismo, la jerarquía católica debe sacar valor y entereza en
estos momentos de crisis de credibilidad para que exponga sobre su
participación en los aprestos golpistas de 1963.

Debe también contribuir a que conozcamos su papel en las negociaciones
con las tropas invasoras durante el conflicto de 1965 y en la etapa
inmediata posterior. Los sectores empresariales por igual, tienen que dar
la cara para que la historia sea conocida a plenitud. Fueron socios de la
tiranía y luego quisieron asumir el rol de herederos de las riquezas
creadas por Trujillo. Asumieron para el golpe de Estado de 1963 el papel
protagónico con una histeria anti- democrática disfrazada hipócritamente
de defensa del "mundo libre". Con el mismo entusiasmo con que se
apoderaron de la dirección del gobierno golpista y luego apoyaron la
invasión extranjera, debían ahora, casi cuarenta años después,
reflexionar y aportar los datos que permitieran al país reconstruir ese
episodio histórico. Deben las cuatro patas de la mesa del poder
comprender que este y otros Seminarios que pudieran organizarse, no son
tribunales de la historia que buscan condenar o absolver a los
participantes, Por el contrario, son apenas un punto de encuentro donde
deben darse cita los factores envueltos en aquella crisis si es que algún
tipo de reconciliación puede tener lugar.

Muchos datos se han aportado en el Seminario organizado por la Secretaría
de las Fuerzas Armadas y una cantidad mayor debe reunirse de los archivos
y las narraciones de los futuros participantes. En lo adelante, esos
datos tendrán que convertirse en información organizada metódicamente.
Entonces, sólo entonces, los hechos podrán ser analizados con rigor
histórico para que algún día podamos enseñarle a nuestros jóvenes
estudiantes que la memoria dominicana no terminó con el ajusticiamiento
de Trujillo en 1961. Es necesario, además, que conozcan esa parte de la
vida republicana para que comprendan por qué la lucha para alcanzar la
verdadera democracia todavía continúa y por qué los adversarios siguen
siendo los mismos.

* Hamlet Hermann Pérez. Fue combatiente de la guerra patria de 1965 y uno
de los 9 hombres que acompañó al héroe nacional Francisco A. Caamaño en
la Guerrilla de Playa Caracoles en 1973.