Los Obispos de la CPT se manifiestan contra el uso de transgénicos
(MST Informa. Año II - No.39, viernes 16 de mayo de 2003)
Preocupados con los últimos acontecimientos con relación a los
transgénicos, los Obispos de la Conferencia Nacional de Obispos de
Brasil (CNBB por su sigla en portugués), acompañados de la Comisión
Pastoral de la Tierra (CPT), escribieron una carta informando sobre los
daños a la salud causados por tales productos. Llaman la atención
también por la pérdida de soberanía alimentaria que implica el uso
de semillas transgénicas. El documento fue entregado al Presidente
de la Cámara, João Paulo Cunha, en la ceremonia que conmemoró el
archivo de la propuesta de acuerdo de la base estadounidense en
Alcántara.
A continuación el texto íntegro del documento:
Declaración sobre los transgénicos
Nosotros, Obispos acompañantes de la Comisión Pastoral de la Tierra
-CPT-, en las diversas regiones de la Conferencia Nacional de
Obispos del Brasil (CNBB), frente a la grave problemática de los
transgénicos en nuestros país y respaldados en las disposiciones
legales vigentes, tomamos la iniciativa de manifestarnos al
respecto.
Los transgénicos son resultado de la manipulación genética que
permite producir, alterar y transferir genes entre los seres vivos,
rompiendo la barrera del cruce natural entre las especies, creando,
alterando y transfiriendo material genético entre vegetales,
animales, bacterias, virus y humanos.
En todo el mundo y aquí en Brasil muchos investigadores y también
líderes sociales han formulado, oportunamente, serias
preocupaciones en relación a este asunto. Estas preocupaciones
giran en torno a los siguientes riesgos:
1º.- Con relación a la salud humana, la ingestión de los granos
genéticamente modificados pueden provocar aumento de alergias,
resistencia a antibióticos y aumento del índice de substancias
tóxicas en los alimentos.
2º.- En el medio ambiente hay el riesgo de erosión genética,
afectando irreversiblemente la biodiversidad, por la contaminación
de los bancos naturales de semillas (bancos de germoplasma).
Añadiéndose a esto el aumento alarmante del monocultivo y la
consecuente pérdida de la riquísima variedad y cualidad de las
semillas.
3º.- Es también una amenaza a la soberanía alimentaria de nuestro
país, en razón de la pérdida del control de las semillas y de los
seres vivos por el patentamiento de los mismos, convertidos en
propiedad exclusiva y legal de grupos transnacionales que solo
apuntan a fines comerciales.
4º.- El riesgo mayor, sin embargo, a nuestro modo de entender, está
en la total dependencia, en la destrucción y, finalmente, en la
desaparición de la pequeña y hasta de la mediana agricultura por
causa del inexorable monopolio mundial de la producción y
comercialización de las semillas, que se convierten en dominio de
un pequeño grupo de gigantescas y poderosas empresas
transnacionales.
En relación a estas cuestiones, por otro lado, no podemos ignorar o
dejar de cumplir las exigencias éticas como la beneficencia, la
justicia social, la justicia ecológica y la precaución.
El principio de beneficencia implica nuestro deber de evitar o
impedir el mal o daño a los otros. En el caso de la introducción
masiva de nuevas tecnologías que impliquen riesgos potenciales a la
salud, este principio debe estar plenamente garantizado por medio
de informaciones claras y confiables.
El principio de justicia social, en casos de innovaciones
tecnológicas masivas y de alto impacto social, nos lleva a
preguntar quién va a ser beneficiado y quién va a ser perjudicado.
Ahora, en el caso concreto de los transgénicos es claro que un
pequeño grupo de grandes empresas será el mayor beneficiado, con
grave daño para la agricultura familiar.
El principio de justicia ecológica impone el deber de preservar el
medio ambiente para las generaciones actuales y futuras. Los
transgénicos pueden representar un serio riesgo ecológico.
El principio de precaución exige que antes de la liberación de
cualquier producto para el consumo humano, sean adoptadas severas
normas de bioseguridad. No se trata de detener la ciencia o la
investigación, ni de provocar miedo paranoico frente a lo nuevo.
Por el contrario, se defiende el más amplio espacio para la ciencia
y la investigación, orientadas, no obstante, para el bien común.
Las aplicaciones tecnológicas que impliquen riesgos potenciales de
gran envergadura, sean decididas, aprobadas, negadas o
perfeccionadas a partir de decisiones democráticas y bajo el
control del pueblo.
Apoyando la heroica lucha de las organizaciones populares del campo
y haciendo eco a una de las grandes reivindicaciones del Foro
Social Mundial de Porto Alegre, con agrado defendemos que las
semillas sean declaradas patrimonio de la humanidad y conservadas
en su integridad genética por las comunidades campesinas.
En esta misma línea, nos tomamos la libertad de recomendar al Poder
Público, al Ministerio Público, al Legislativo, al Judicial y al
Ejecutivo que, al tratar estas graves cuestiones, se orienten por
estas nuevas y justas reivindicaciones, así como por los principios
éticos que las rigen.
Itaici, 6 de mayo de 2003
Los Obispos acompañantes de la CPT.
Mons. Tomás Balduino, Presidente
Mons. Xavier Gilles, Vice-Presidente
Mons. Orlando Dotti
Mons. Ladislau Biernaski
Mons. Pedro Casaldáliga
Mons. André de Witte
Mons. José Alberto Moura
Mons. Guilherme Werlang
Mons. Heriberto Hermes
Mons. José Mario Streher
Mons. Moacir Grecchi
Mons. José Agusto da Rocha
Mons. Maurício Grotto
Mons. Apparecido José Dias
* * *
Breves
"Conmemorar Alcántara es preparar nuestro ejército contra el ALCA".
Cerca de 300 personas, representantes de las diversas entidades que
componen la Campaña Brasileña contra el ALCA, ocuparon la tarde del
lunes 12 de mayo el Auditorio Nereu Ramos, en Brasilia/DF, para
conmemorar la decisión gubernamental de archivar el Acuerdo que
preveía la instalación de una Base Militar de Estados Unidos en
Alcántara, Estado de Maranhão. El acto, denominado "Consolidación
de la Victoria", contó con la presencia del presidente de la
Comisión de Constitución y Justicia (CCJ), el diputado federal Luiz
Eduardo Greenhalgh y João Pedro Stedille, coordinador del MST,
entre otros. Para Stedille, "constituyó una gran victoria para el
pueblo brasileño y latinoamericano el hecho de que el presidente
Lula haya tomado la decisión política de retirar este acuerdo".
"Fuera Monsanto. Queremos un mundo y un Brasil libre de
transgénicos" Con esas palabras concluyó el 9 de mayo la 2da.
Jornada de Agroecología, en Ponta Grossa, Paraná. El evento, que
contó con conferencias de personalidades como Plínio de Arruda
Sampaio y Peter Rosset, terminó con la destrucción de una
plantación de 10 hectáreas de maíz transgénico RR, de Monsanto.
Para más información acceda a http://www.jornadadeagroecologia.com.br/