Como ya es de público conocimiento, los facilitadores y facilitadoras de la Secretaría de Acción Social –SAS-, fueron despedidos en forma masiva. Y, varios de los que todavía permanecen, están recibiendo castigos psicológicos, al ser trasladados en lugares inadecuados para trabajar o son cesados en sus funciones.  Esta forma de persecución política, era muy común en la época de la dictadura de Stroessner. 
Para tener un conocimiento más cercano y vivencial del tema,  conversamos con una facilitadora del programa Tekopora. Myriam Rodríguez, es trabajadora social y técnica del departamento de operaciones del programa Tekopora. Estuvo trabajando cuatro años con familias en situación de pobreza y extrema pobreza. “El programa Tekopora actualmente tiene presencia en 14 Departamentos y en 83 distritos del país. Yo tenía a mi cargo el proyecto de Caaguazú. Allí se abarca 18.000 hogares que forman parte del programa y cuenta con 93 facilitadores comunitarios y una coordinadora distrital. Con esos autores yo estuve trabajando. También estuve  acompañando la mesa de participación ciudadana que está trabajando la educación y la organización”, explico.
Sin funciones y en un depósito
Su brillante carrera como trabajadora social y una persona comprometida con la gente, fue premiada a través de la resolución 284 del 10 de agosto, donde fue informada  que tenía que pasar a disposición de talentos humanos. “La resolución no mencionaba ningún motivo. Desconocieron todos los derechos laborales, porque –por ejemplo- el derecho colectivo de trabajo- señala que si se va a trasladar a alguien, tiene que ser por expreso consentimiento y el trabajador tiene que estar en un lugar adecuado. Sin embargo, nosotros estamos en un depósito, cuatro por dos. Aquí estamos 12 compañeros, que formaban parte de los programas Tekopora y Hábitat”, describió con crudeza Rodríguez.
Rodríguez y sus compañeros “castigados”, están ocupando un lugar que había sido preparado para servir de depósito de los insumos de trabajo. “Esta lugar está ubicado detrás de un sanitario público y después del estacionamiento. No tenemos máquinas ni funciones, tampoco electricidad. Incluso tenemos una compañera con asma y yo  tengo alergia. Hemos enviado una nota a recursos humanos pero hasta hoy no tuvimos respuestas. Ahora vamos a pasar a la demanda judicial”, sostuvo.
La estrategia del freezer
Según Rodríguez, las autoridades actuales de la SAS, están implementando el mecanismo del despido o del freezer, para someter a los empleados en un proceso de crear zozobra laboral y así lograr la derrota psicológica de los que siguen firmes en la lucha. “La mayoría somos militantes dentro del sindicato. El plan de ellos es crear un ambiente de zozobra para que los demás compañeros no nos sigan”, afirmó.
El lugar donde están recluidos los facilitadores/facilitadoras, está ubicado cerca de un sanitario público que envuelve de mal olor y posee una única ventana que está cerrada.  Dijo además que como están cerca del estacionamiento, el humo despedido por los vehículos es muy
“Nosotros no hicimos nada.  Ellos no tienen ética para tenernos aquí. Esto es una persecución y buscaron montar algo contra nosotros. Ellos han usurpado el poder y nos están haciendo tortura psicológica. Hay compañeros que están deprimidos.  Incluso ya hemos consultado con la parte psiquiátrica, sobre todo que tiene experiencia con la detención de personas en situación de prisión preventiva. La intención de la patronal es despedirnos cuando fenezcan nuestros contratos, que en muchos casos, van a cumplirse en diciembre de este año”,  refirió Rodríguez